Gudelj, el último superviviente

‘Tempus fugit’, y en el fútbol más que en ninguna parte. La marcha de Suso al Cádiz tras haber cumplido su contrato supone que el Sevilla exhale el último hálito de grandeza que le quedaba. Con el adiós del gaditano, solo queda en la plantilla Nemanja Gudelj como integrante de la revolución realizada por Monchi en la temporada 2019/20, la de su regreso a Nervión.

Una revolución cuya cosecha fue de dos títulos de la Europa League, un pleno de cinco clasificaciones para la Liga de Campeones y haber estado en la pelea por el título alguna temporada. Una revolución a la que Gudelj llegó con la carta de libertad desde el fútbol chino para ser el suplente de Fernando y que ha derivado en que hoy día el serbio sea capitán general de la plantilla. Algo que habla de su adaptación e implicación pero también del bajón dado por la plantilla en este tiempo.

Para la revolución de 2019 se contó con dos cosas imprescindibles en el mundo del fútbol: dinero en la caja y sapiencia, en este caso, de Monchi. Ahora el Sevilla afronta una nueva revolución con telarañas en la alcancía y poniendo velas a todos los santos para que la sapiencia de Antonio Cordón se asemeje aunque sea un poco a la del de San Fernando y se aleje todo lo posible de la de Víctor Orta.

La era del último gran Sevilla echa, definitivamente, su cierre. Y Nemanja Gudelj ejemplifica el ocaso del equipo que hacía sufrir a los contrarios y ahora hace sufrir a los propios.

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