Mundial de Clubes 2025

1x1 del Real Madrid contra el PSG: sólo se salvó Huijsen

Asencio y Rüdiger patinaron y multiplican la importancia de Dean, en su ausencia. Modric y Lucas se despiden del Madrid en un sonrojo.

Formación del Real Madrid contra el PSG en la semifinal del Mundial de Clubes.
JESUS ALVAREZ ORIHUELA
Fernando S. Tavero
Extremeño nacido en 1989. Graduado mientras servía mesas en Mánchester, su aventura terminó cuando AS le abrió la puerta en 2019. Tras formar parte del equipo de iccwin247.com, en marzo de 2022, se incorporó a la sección del Real Madrid. Nunca olvidará su primer 'Buenas míster, Fernando Sánchez para el Diario AS'. ¿El receptor? Zinédine Zidane.
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Es complicado superar al campeón de Europa. Imposible si lo haces con -2 de hándicap. Dos errores sonrojantes condicionaron una semifinal que duró ocho minutos. Ahí ya habían patinado Asencio y Rüdiger. Fabián y Dembélé quitaron el envoltorio a los regalos. Y multiplicaron la importancia de un Huijsen que, con su ausencia, demostró la importancia de su presencia. Las únicas notas amables, los regresos de Carvajal y Militao. Y dos agridulces, los adioses definitivos de Modric y Lucas. Merecían un último día en la oficina. Una semifinal de contexto enrevesado. El Mundial, positivo. La eliminación, con Donnarumma de espectador, dolorosa. Mucho.

Courtois: Cuando un Santo no es suficiente. Salvó hasta en dos ocasiones al Madrid. La segunda, a Fabián, milagrosa. Pero no se puede vivir en Lourdes. Y menos ante un PSG con colmillos en lugar de botas. Nada pudo hacer el muro de Bree ante dos errores garrafales y un contragolpe. Después volvía a desplegar las alas, pero la pendiente era la de un ochomil.

Valverde: Solución de emergencia. Una vez más. Pero esta vez la emergencia fue suprema. Por dos errores que condicionaron la semifinal. Poco pudo aportar en ese desaguisado el Halcón. Y tampoco pudo desplegar las alas ante un PSG que superó al Madrid desde el minuto por fútbol, pero también por todo lo demás. Una presión que encorsetó a los blancos y ninguno pudo quitarse los grilletes. Ni Valverde, aunque, con alguna aparición esporádica y controlando a Kvaratskhelia, el menos entonado de la vanguardia de Luis Enrique, lo intentó. En la segunda parte hizo alguna incursión en la sala de máquinas para tratar de aportar orgullo y piernas. Y rozó el gol con un zapatazo desde la frontal. Pero ni su despliegue perenne fue suficiente.

Asencio (64′): El cántaro se rompió por tercera vez, en tres partidos. Llegaba lanzado al Mundial. Con intención de instalar el debate sobre el acompañante de Huijsen y con la renovación acordada. Pero todo ha salido cruz. Contra Pachuca (penalti cometido), Al Hilal (roja directa) y PSG. Ante los parisinos, con un gol regalado. El primero, el que dejó temblando la línea de flotación, con un mal control que derivó en pérdida en tierra hostil. Y allí estaba Dembélé, que cedió a Fabián y este no perdonó. El resto de su partido queda totalmente opacado ese error. Un Mundial para olvidar.

Rüdiger: Titular antes de lo pautado por la expulsión de Asencio, está lejos de su nivel. Mucho. Lo demostró ante el Dortmund aunque la victoria dejó en anécdota el thriller final. Y de nuevo contra los parisinos. Con un fallo garrafal, impropio. Se hizo un nudo en el despeje y regaló el segundo. Y Dembélé, cada día más dorado, no dudó en quitarle el lazo. No está siendo Rambo, pero tampoco un central reconocible.

Fran García: Lejos de los errores. Y eso, en un primer tiempo calamitoso, es bastante. Apenas tuvo incidencia en el juego, dentro de la escasa posesión que acumuló el equipo blanco. Sostuvo como pudo a Doué. Cumplió.

Güler (83′): Sin posesión no hay paraíso. Y menos para un Güler llamado a llevar la manija. El dibujo de la semifinal multiplica sus deberes defensivos y minimiza los ofensivos y lo notó. Demasiado tiempo persiguiendo el balón en lugar de controlándolo. El mejor reflejo del patinazo.

Tchouameni: Con demasiados frentes por cubrir, demasiados huecos a tapar. No pudo. No logró imponerse en los duelos como en él es habitual, tampoco participó como venía acostumbrando en este Mundial. Trató de aportar algo de salida de balón ante la ausencia de Huijsen, pero estuvo muy solo.

Bellingham (64′): Correr, correr y correr. Ese fue su partido. Con más pulmones que magia. Más obrero que Fantástico. Porque fue imposible sacar la varita sin situaciones para hacerlo. De puntillas por el ataque, como todo el Madrid. Al menos, bregó.

Gonzalo (71′): Xabi confía en él. Al máximo. La prueba, su titularidad. Porque iba a salir de inicio aun con la presencia de Trent. En banda derecha la mayor parte del tiempo sólo pudo correr, presionar, desfondarse. Noche similar a la de Bellingham. Sin contextos en los que mejorar jugadas, sólo pudo tratar de empeorar las del PSG. Destacar la defensa de un atacante es el mejor reflejo de la actuación ofensiva de un equipo...

Mbappé: Llegaba rodeado de morbo, de debate, de duda sobre su físico. Y se marchó del campo sin aclarar nada. Alguna arrancada esporádica, desesperada. Y poco más. Aterrizaba en Estados Unidos buscando entrar en conversaciones por el Balón de Oro. Pero ya nadie entona ese debate. No fue su gran noche... ni estuvo cerca de serlo.

Vinicius (64′): Lejos, lejísimos, de sí mismo. Desconectado del juego. Trató de realizar alguna jugada esporádica, sin tino. Si algo caracterizaba a Vini es su insistencia. La capacidad para repetir esfuerzos, para intentarlo, más allá del acierto. Y contra el PSG no tuvo ni lo primero ni lo segundo. Actuación muy pobre en el Mundial. El día del Salzburgo fue un oasis. El resto, desierto.

1x1 del Real Madrid contra el PSG: sólo se salvó Huijsen

También jugaron

Modric (64′): Y 597 partidos después, dice adiós. Su última ovación. Y su última demostración que no debería marcharse. Quería quedarse y su fútbol tiene hueco. Solo con pisar el campo ya clarificó un fútbol totalmente empantanado. Pero el club tenía otra idea en mente.

Brahim (64′): Eléctrico. En un puñado de minutos mostró actitud, por eso Xabi están encantado con él. Puso un buen balón al corazón del área que Valverde casi convierte en gol.

Militao (64′): Tras 242 días, volvió. Dentro del desastre, su regreso y el de Carvajal son las únicas notas amables de una noche para olvidar. Rozó el gol... y salió en la foto del cuarto.

Carvajal (71′): En su caso, nueve meses y 4 después, volvió. Con ímpetu y desesperación, como demuestra su amarilla nada más pisar césped. El Madrid necesita su liderazgo.

Lucas Vázquez (83′): El 402 será el último. Xabi quiso que Lucas se despidiera en el campo. Un adiós amargo, pero de corto.

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