Pendientes de Rüdiger. En eso se resumía el once de Xabi Alonso. Sin Asencio (roja directa ante Pachuca), le escasez de centrales vuelve a la palestra. Porque el Loco está tan loco, que por él jugaría sin dudarlo, pero existía un cierto riesgo de lesión que se evaluaría hasta última hora. El 29 de abril fue operado de una rotura parcial en el menisco externo de su rodilla izquierda. Hoy han pasado 58 días. Ocho semanas, que es el plazo que se le diagnosticó. Encaja justo, justísimo. Y podía ser. Tanto, que al final ha sido. Titular.

Confirmado el caso positivo, el once se confecciona prácticamente de carrerilla. El pivote será para Tchouameni, escoltado por Valverde (volverá a ser capitán) y Bellingham, además de por la varita de Güler, quien permutará mucho con el Halcón para poder internarse con asiduidad y remar en la creación. “Cuanto más cerca del balón esté, mejor”, dijo Xabi Alonso. Quien no lo quiere tan pegado a la banda.

Esperando a Vinicius

Este esquema perjudica a Rodrygo, que vuelve a ser suplente. Porque en punta, los otros dos puestos estaban muy claros: Vinicius (no marca desde el 16 de abril) y Gonzalo. Rodrygo podía agarrarse a la posibilidad de que Rüdiger no jugase, pues Tchouameni sería central, Valverde pivote, Güler volante y quedaría vacante la banda derecha. Pero este era el Plan B. Ante esta situación, la alineación confirmada del Real Madrid ante el Salzburgo es: Courtois; Trent, Rüdiger, Huijsen, Fran García; Valverde, Tchouameni, Bellingham; Güler, Gonzalo y Vinicius.

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