Brasil va en serio
El éxito en el Mundial, la llegada de más inversores foráneos y la apuesta por Ancelotti elevan el nivel.


El éxito de Brasil y de sus equipos en el Mundial ha sido uno de los grandes acontecimientos que deja la primera cita mundialista ampliada a 32 equipos de la historia. El auge del fútbol brasileño ya era notable a tenor de sus resultados en la Copa Libertadores en los últimos años, pero ante varios de los mejores clubes europeos se ha dado un salto más en el crecimiento.
Fluminense se coló entre los cuatro mejores del torneo de manera muy meritoria y tras haber eliminado al subcampeón de Europa, el Inter; Palmeiras cayó en la ronda anterior, en cuartos, pero también dio la campanada dejando fuera al Oporto en la fase de grupos y alcanzando el Top-8.
Flamengo y Botafogo superaron la fase de grupos, en el caso del Mengão ganando al Chelsea (hoy finalista) y en el del Fogão, dejando fuera al Atlético y derrotando al campeón de Europa. Es decir, hubo un pleno de clasificados para las eliminatorias. Cuatro de cuatro. Impresionante.
Detrás de este fabuloso rendimiento hay un proyecto colectivo del fútbol que está dando sus frutos. El nuevo modelo de empresa, conocido como SAF, representa una ruptura radical con el sistema clásico de entidades controladas por socios. Los clubes se han transformado, han ampliado su capital y la capacidad de generar ingresos y, por lo tanto, de permitirse gastos millonarios. La ley se promulgó en agosto de 2021 y permite a los clubes pasar de ser asociaciones civiles (sin fines de lucro) a sociedades anónimas. Está diseñada exclusivamente para el fútbol y busca atraer inversiones y mejorar la gestión financiera.
Eso ha permitido que hayan ido apareciendo inversores, algunos con capital extranjero. Ronaldo entró en Cruzeiro (luego vendió), John Textor en Botafogo, el grupo empresarial 777 Partners en Vasco da Gama… Y vienen más. Gracias a ello, en 2024 los clubes brasileños gastaron en traspasos un total de 353 millones de euros, una cifra nunca antes vista.
Otro ejemplo del empuje actual del fútbol brasileño está en la Canarinha. Por primera vez en su historia tendrá un seleccionador extranjero en Carlo Ancelotti, al que la CBF consiguió sacar del Madrid, ni más ni menos. Según se publicó, su salario rondará los 10 millones de euros, el más alto de siempre para un técnico de Brasil.
La entrada de capital extranjero y de manos foráneas en la gestión del fútbol también ha generado nuevos contratos de esponsorización y de patrocinios. La Serie A brasileña cada vez atrae más a todo el mundo. La venta de derechos televisivos en los próximos años promete. Se están haciendo esfuerzos para encontrar socios internacionales con los que vender el producto fuera. El Mundial de Clubes ha ayudado a provocar dicho impulso.
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