Tras dejar en el camino al Flamengo (2-4) en un duelo exigente, el Bayern de Múnich ya piensa en su próximo rival en los cuartos de final del Mundial de Clubes: el PSG. Aunque el conjunto francés llega como vigente campeón de la Champions, los alemanes no muestran señales de temor. De hecho, las estadísticas recientes los respaldan: en los últimos cuatro partidos, los bávaros se impusieron en cada uno de ellos, incluido el 1-0 en la fase de grupos de la Champions en noviembre. “El PSG tuvo una temporada increíble, pero ya nos enfrentamos a ellos y ganamos. Eso nos da energía”, afirmó Harry Kane, que tiene plena confianza en los suyos: “Sabemos que podemos vencer a cualquiera si alcanzamos nuestro nivel. Lo hemos demostrado en este torneo”.

El delantero inglés fue una de los grandes protagonistas del triunfo ante Flamengo, anotando un doblete, siendo el segundo el más decisivo dado que llegó cuando los brasileños, con 2-3 en el marcador, iban con todo a por el empate. “Era un momento clave y ese gol ayudó a calmar los nervios. Desde ahí controlamos mejor el partido”, matizó Kane, que llega con tres goles anotados y la confianza por las nubes al decisivo duelo contra los parisinos.

La principal preocupación del técnico Vincent Kompany de cara al sábado es el estado físico de Kingsley Coman. El extremo francés tuvo que abandonar el campo a los 59 minutos por molestias en el isquio y su presencia frente al PSG no está asegurada. “Esperamos que no sea nada grave”, señaló el entrenador belga. “Conozco a Kingsley y creo que hay razones para tener esperanza, aunque queda muy poco tiempo”. El resto de la plantilla ya prepara con normalidad el partidazo frente a un PSG que sí genera respeto, pero no miedo en las filas del hexacampeón de Europa.

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