Finalizado
Mundial de Clubes (Juvenil)

Harakiri mundialista

Dos cantadas de Guille Ponce dejan al Real Madrid sin la tan ansiada final del Mundial de Clubes Juvenil. Marcaron Ezequiel Pérez y Mansilla. Álex Mora hizo creer en el añadido

Harakiri mundialista
Sergio López
Sergio López de Vicente (Vallecas, Madrid, 1996) es periodista en la sección del Real Madrid de AS. Graduado en Periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos, empezó su carrera en la radio, como presentador del programa Ventana Deportiva (107.0 FM) y, desde 2018, trabaja en AS. Además de redactor, es enviado especial y comentarista.
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A ritmo de cantadas, el Madrid cantó su adiós. Cayó de la peor manera posible, con esa sensación de haber dimitido. De no haberte ganado, sino tú haberlo perdido. El suyo fue un mal partido, muy alejado del talento de una quinta dorada como pocas (la mejor generación en años, se dice). No estuvo a la altura. E incluso así, pudo ganar. Pudo... de no haberse pegado dos tiros que más que en los pies, fueron en el corazón. Demoledores. Un balón que se le escapó a Guille Ruiz y otro que no despejó con contundencia. Fallo, fallo y KO. Fue un harakiri. Fue una pesadilla. Y es el adiós.

Hubo dos estados sobre el Nuevo Arcángel: sólido y líquido. Aguerrido y endeble. Con el calzón albiceleste se presentó un púgil que de tan valiente, a veces acaba siendo imprudente. Para prueba, el partido de cuartos: Racing venía de eliminar al Betis tras un... ¡5-4! Su fútbol es un carpe diem. Puro corazón. Es su ADN, un irrenunciable. Y con él se plantó ante el Real Madrid. Un equipo con el entrenador del Juvenil B (Marcos Jiménez) y con una plantilla que viene a ser principalmente el Juvenil C (prácticamente el Cadete A de la temporada pasada; una generación campeona de todo).

Repleta de talento, pero escasa de batallas de esta enjundia. Para empatar la vena argentina, lo mínimo es empatar en sangre. Lo mínimo. Y no sucedió. El Madrid fue un equipo más débil en los duelos y más inocente en las áreas. El tiempo demostrará, casi con total seguridad, que era un equipo con más talento. Pero ni en la vida −ni en este deporte−, el talento lo es todo. Por eso a veces gana el más listo, no el más fuerte. Por eso a veces suceden cosiccwin247.como las de esta noche.

Harakiri mundialista
Alineación titular del Real Madrid ante Racing Club.Mundial de Clubes Juvenil

De héroe a villano

Los primeros 20′ fueron de Racing, más echado hacia delante. Con más colmillo; con más fe. Melluso hizo sonar los violines de Psicosis con un disparo mordido desde la frontal, solventado por una mano de Guille Ponce. Entonces, apuntaba a héroe. Terminó en villano involuntario. Y todo, en pesadilla. Fue en el 26′ cuando sucedió la primera cantada: tiro de Ezequiel Pérez desde prácticamente 30 metros... y el balón se le cuela entre las piernas. Iba raso, lento. Dócil. . Sus compañeros se llevaban las manos a la cabeza y él se tapaba el rostro con la camiseta. Fue un ‘tierra trágame’.

Pesadillesco

Pero no fue el final. Tras el descanso, amago de reacción. Varios avisos, liderados por la varita de Bryan Bugarín y la dinamita de Rubén López. El guion comenzaba a acercarse hacia un asedio madridista en la búsqueda del empate. Se atisbaban ciertos nervios en Racing. Y justo entonces, pam. El segundo balazo. Pase hacia atrás y Guille Ruiz, en vez de golpear en largo, se enreda con el cuero y lo pierde. . Gol, 2-0. Jaque mate.

Adiós doloroso

Marcos Jiménez arengó a sus muchachos en la pausa de hidratación. Gritando con todo. Apelando a todo. Fue un golpe de desfibrilador que reanimó durante unos minutos, pero poco más. Fue casi un espejismo. El Madrid volvió de los banquillos con esa sangre que tanto habría necesitado en la primera parte. Chocando con fuerza en los duelos, mordiendo en los balones divididos, atacando con colmillo en la zona de tres cuartos. Pero no hubo heroica. Y cada minuto que pasaba, se reducían las revoluciones del motor.

No hubo milagro, aunque sí amago. Primero, con un cabezazo al palo de Luis Paulo a falta de 2 minutos. Cuando la operación ya lo era a corazón abierto. Pero este, con dos balazos, apenas podía latir más fuerte. Bastante hizo, dando un cabezazo de Álex Mora a la red en el descuento... y un uy del mismo, sobre la bocina. El Real Madrid cayó en el Nuevo Arcángel. No recuperará el trono del Mundial de Clubes Juvenil (es el que más trofeos tiene, con cuatro). Racing estará en la final y ya espera rival: Palmeiras (vigente campeón) o Barcelona. Lo sabrá esta noche. El Madrid regresa a casa. Cayó de la peor manera posible: haciéndose un harakiri. Siempre será la más dolorosa. A ritmo de cantadas, el Madrid cantó su adiós.

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