El refresco es un tipo de casi 40 años. Es condiciones normales una frase así sonaría a chiste, pero no cuando se habla de una leyenda viviente como es Luka Modric. La exigencia física que está planteando este Mundial al Real Madrid, que comenzó por el pegajoso calor en Miami y seguirá con el de Charlotte mañana (se espera una sensación térmica de 35ºC), demanda piernas de recambio. Y las más fiables son las del croata. A dos meses y medio de alcanzar la cuarentena, si juega contra Pachuca será su partido número 59 en una temporada 2024-25... con cero lesiones. Y eso es mucho en este Madrid tan accidentado. Longevidad y fiabilidad. Ironman Modric.

Xabi entró en una cierta contradicción cuando aseguró en la previa del Al Hilal que la idea es “exprimir un poquito más” al capitán en esta mini renovación de un mes y luego en ese 1-1 contra los saudíes sólo le empleó como quinto cambio para los últimos 10 minutos. Y eso que hasta tres veces el Hard Rock Stadium se lo reclamó al grito de “¡Modric, Modric!”...

Ha venido a dar el callo en EE UU como último gran servicio al Madrid y lo hace en un torneo en el que solo hay tres jugadores más veteranos que él. Dos de ellos son porteros y sufren menos desgaste: Fábio (44 años, Fluminense) y Onyango (40, Mamelodi Sundowns). El otro es el excentral del PSG Thiago Silva (40), también del Fluminense.

Ni en Inglaterra, Alemania...

Un Modric siempre presente porque no se lesiona es algo raro no solo en España, también en las grandes Ligas. En la Premier hubo esta campaña otros dos con 39 años, Ashley Young (Everton) y James Milner (Brighton), pero el primero se perdió ocho encuentros y el segundo sufrió una grave lesión; en Alemania, el otro de 39 primaveras ha sido Anthony Losilla (Bochum) y solo jugó 21 partidos. Nada que ver con el madridista. No es Tony Stark, es Modric.

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