Kane evita el ridículo del Bayern

El Bayern de Múnich pasó más apuros de los previstos en su debut copero frente al modesto Wehen Wiesbaden de la tercera división alemana. Un cabezazo de Kane, que ya había adelantado a los suyos en el primer tiempo y falló un penalti en el segundo, colocó el 2-3 final en el marcador del BRITA-Arena en el 94 de partido y evitó que el transatlántico de la Bundesliga se viera obligado a acudir a la prórroga para clasificarse a la segunda ronda de la Pokal en Alemania, en la que ya protagonizó numerosos pinchazos a lo largo de los últimos años.

Lejos de aparcar el autobús, el Wiesbaden quiso ser un equipo valiente y presionó la salida de balón de los bávaros cuando pudo, pero los de Kompany no tuvieron demasiadas dificultades en comenzar un asedio que terminó dando sus frutos al cuarto de hora de partido. El colegiado señaló al punto de penalti tras un agarrón de Johansson sobre Boey en el área y Kane no perdonó. El Bayern siguió a lo suyo, pero no fue capaz de materializar ninguna de las numerosas ocasiones de las que dispuso en los primeros 45 minutos para sentenciar el choque antes de pasar por vestuarios.

No desistieron los muniqueses y, con la pizca de suerte necesaria, duplicaron la renta cinco minutos después de regresar al terreno de juego. El cuero, tras una serie de rebotes, le cayó a Olise dentro del área y el galo sacó a pasear su zurda para acabar de una vez por todas con las esperanzas del conjunto local. O eso creía. Porque lo que estaba por venir dejó en shock tanto a la plantilla como a la hinchada bávara que se había desplazado para el debut copero de su equipo.

Después de que Díaz siguiera fallando ocasiones clarísimas para rematar al Wehen, dos errores groseros de la zaga visitante dieron pie a que el cuadro dirigido por Döring hiciera estallar el campo tras empatar el choque en cuestión de seis minutos de absoluta locura. Un doblete de Kaya, que se aprovechó de las faltas de concentración de Tah y Kim, hizo soñar a toda Wiesbaden. Siguió soñando después de que el meta Stritzel detuviera la segunda pena máxima ejecutada por Kane. Pero despertó cuando el kíller, ya en el cuarto minuto del tiempo añadido, cabeceó un centro de Stanisic al fondo de la red para evitar el ridículo de los suyos.

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