Ranieri deja plantada a Italia

La crisis de la selección italiana no parece tener fin. Tras el despido de Spalletti, que ayer cerró su etapa como seleccionador con una tristísima victoria contra Moldavia, llega otro mazazo para la Federación: Claudio Ranieri ha dicho que no.

El entrenador había sido elegido para salvar a un grupo en apuros y evitar el cataclismo de un tercer Mundial vivido desde casa. Un perfil perfecto para normalizar el ambiente y recuperar los resultados, exactamente como hizo en una Roma que temía el descenso y que, con él, llegó a un punto de la Champions.

El único obstáculo para Sir Claudio podía ser su papel de asesor en la Roma que, sin embargo, había dado enseguida su visto bueno al doble cargo. Pero Ranieri no será azzurro por decisión propia, como anunció esta mañana a la agencia ANSA: “Le agradezco al presidente Gravina la oportunidad, un gran honor, pero reflexioné y decidí quedar a disposición de la Roma en mi nuevo papel de manera total. Los Friedkin me han dado su apoyo total ante cualquier posibilidad, pero la decisión es solo mía”.

Ahora, el presidente Gravina tendrá que reanudar los contactos con Stefano Pioli, que cerrará su aventura con el Al Nassr y ya dio su visto bueno, pero que también está negociando con la Fiorentina. El regreso de Mancini o la llamada a algún campeón de 2006 (De Rossi, Cannavaro o Gattuso) son las posibles alternativas. La azzurra arde.

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