Mundial de Clubes 2025

Patinazo de Dembélé

Francia considera que su torneo no ha sido suficiente como para decantar la balanza del Balón de Oro. L’Équipe puntuó con un ‘2’ su final ante el Chelsea.

Ousmane Dembélé.
DAVID RAMOS
Andrés Onrubia
Nació en Madrid en 1998. Comenzó a estudiar Derecho y ADE en la Universidad Complutense, pero su amor por el fútbol francés hizo que se interesara por el periodismo deportivo. En 2019 comenzó a colaborar con Diario AS y un año después, en 2020, a pesar de la pandemia, empezó a ejercer como corresponsal en París para cubrir la información del PSG.
París (Francia) Actualizado a

Considerar una “decepción” una temporada en la que Ousmane Dembélé ha acumulado 51 participaciones de gol, 35 goles y 16 asistencias, sería una temeridad, pero cierto es que en Francia consideraron su final del Mundial de Clubes como una enorme desilusión. El francés podía haber zanjado definitivamente la balanza a su favor en la lucha por el Balón de Oro, que sigue abierta y seguirá incierta hasta el 22 de septiembre, fecha en la que se celebrará la ceremonia en el Teatro de Châtelet.

El Mosquito no ha tenido el final de temporada deseado, después de liderar al Paris Saint-Germain hacia su primera Champions de la historia, con prestaciones perentorias en las rondas finales, y tras haberse erigido como el gran favorito para proclamarse mejor jugador del mundo por primera vez. La Final Four que realizó en la Nations League fue insuficiente, con un mal partido en las semifinales contra España, en el que cayó lesionado, y dicho percance le condicionó durante todo el Mundial de Clubes.

Los periodistas encargados de votar al mejor jugador del mundo seguramente tengan en cuenta que el MVP de la final del torneo fue Cole Palmer y no Dembélé, que, aun así, fue decisivo en los cuartos de final, con un gol salvador ante el Bayern cuando el PSG tenía a dos jugadores menos en el campo, y también se erigió como una pieza clave para decantar la balanza en las semifinales contra el Real Madrid. En dicho encuentro, que acabó 4-0 para los de Luis Enrique, ‘Ous’ fue clave en la presión para provocar dos errores de los blancos, marcó un buen gol y parecía que todo estaba encaminado para elevarle al olimpo del fútbol.

El deporte rey no tiene memoria y Dembélé pasó inadvertido en la final contra el Chelsea. Fiel representación de lo que fue el PSG, un castillo de naipes, superado como nunca durante la temporada en 90 minutos, el francés fue incapaz de tirar del carro y revertir, quizá fruto del cansancio, un encuentro que ya estaba decantado cuando habían transcurrido 45 minutos de juego. La prensa francesa fue dura con el exjugador del Barcelona, sobre todo L’Équipe, que valoró su actuación con un paupérrimo ‘2′.

“Héroe de la semifinal, el delantero no estuvo a la altura de la cita. En un partido como este, donde apenas recibe balones, probablemente debería involucrarse más en la construcción del juego. Rara vez encontrado en buenas condiciones, el exbarcelonista no tuvo, salvo un buen pase para Doué, ninguna influencia en el juego parisino. Peor aún, fue responsable de la pérdida de balón que llevó al segundo gol encajado. Perdió su duelo frente a Robert Sánchez”, explica el rotativo francés.

Le Parisien, por su parte, se adhirió a la línea de L’Équipe, aunque decidió ser un poco más benévolo, otorgándole un ‘3′ como nota, definiendo su partido como “poco inspirado”. “Aunque no aflojó en su esfuerzo y mantuvo su presión habitual, el francés no tuvo el mismo éxito ofensivo. A excepción de una buena internada que generó una oportunidad para Doué, el número 10 tuvo dificultades para destacarse en medio de la densidad. Bastante imprecisión en sus decisiones con el balón. No le falta mucho para marcar desde los 6 metros, pero Sánchez realizó una parada perfecta”, resume el periódico.

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Que Dembélé estuviera poco inspirado en la final, que apenas pudiera generar peligro, que el Chelsea le dejara inadvertido, que sucumbiera ante Cole Palmer, no empaña, en absoluto, su histórica temporada con el PSG. Desde enero, con permiso de Yamal o Vitinha, el extremo fue el mejor jugador del mundo, decisivo en todas las rondas de Champions, lograda tras vapulear 5-0 al Inter de Milan en un partido en el que tuvo participación en tres goles de los parisinos. Francia se pregunta, ahora, si sus últimos dos torneos, la Nations y el Mundial de Clubes, serán decisivos para coronarle el 22 de septiembre como el próximo Balón de Oro, el sueño imposible que es una realidad tras su extraordinaria temporada.

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