Trincao le agua la final a Gyökeres

El Benfica ganó la Taça de la Liga de Portugal después de imponerse en la tanda de penaltis (6-7) a su rival y vecino Sporting Portugal. El derbi tuvo dos caras. Una vibrante y eléctrica en la primera parte y otra más táctica y calmada en la segunda. Ambos equipos se supieron mover en los dos escenarios y solo un único fallo de Trincao desde los once metros pudo inclinar la balanza a favor del equipo de Lage, que se lleva el primer título del año 2025 en Portugal.

La final fue vibrante desde el inicio. Ritmo frenético y público entregado. Ideal para un derbi y perjudicial para cardiacos. Si algo faltó, fueron más goles. Gyökeres, Di María, Pavlidis y Quenda fueron los que más cerca estuvieron de abrir el marcador en los primeros 20 minutos de un partido que se rompió pronto y en el que la pelota no paró de ir de un área a otra sin que ninguno de los dos equipos lograra controlar la posesión. Fue finalmente Schjelderup el que abrió la lata a la media hora de juego con un derechazo tras internarse en el área por el lateral izquierdo y tras recibir de Di María, que previamente había embellecido la jugada con un eslalon en el que dejó atrás a dos defensores sportinguistas.

Tras el tanto, Benfica y Sporting siguieron manteniendo el ritmo de ocasiones. La polémica llegó en el 40′, cuando Trincao cayó en el área tras un duelo con Florentino, que tocó balón y jugador sin estar claro el orden. El árbitro pitó penalti y Gyökeres no falló desde los once metros.

Lo más probable es que tras lo visto en la primera mitad, los técnicos Lage y Rui Borges pidieran a sus equipos más cautela y control. Eso explicaría que tras el descanso, Benfica y Sporting arriesgaran menos la pelota y buscaran posesiones más largas en lugar de hacer del partido un correcalles. En ese panorama, el Benfica, que tiene mejores jugadores en el medio, fue mejor que el Sporting y poco a poco empezó a llegar con más claridad al área rival.

Para ganar profundidad, Rui Borges dio entrada a Fresneda, que con su futuro en el aire empezó en el banquillo debido a una gastroenteritis que sufrió en la noche anterior. El lateral español vivió un gran duelo en la banda contra su compatriota Carreras, afianzado en el Benfica desde su llegada a Lisboa en verano.

El marcador no se movió más y el partido fue a los penaltis. En la tanda, todos los lanzadores estuvieron muy acertados excepto Trincao, que en el séptimo lanzamiento de su equipo vio como Trubin detenía su disparo y le daba al Benfica su octava Taça de la Liga de Portugal.

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