Para Xabi Alonso no hay un segundo que perder. Ve caer la arena del reloj con el puntito de ansiedad del que quiere construir mucho en muy poco tiempo. Como tener un Mbappé de nuevo letal para estos cuartos de final del Mundial. Kylian se probó contra la Juventus, agarró algo de ritmo y sensaciones, pero la exigencia con él viene contra el Borussia. Pese al excepcional torneo de Gonzalo, que ha sorprendido hasta a su entrenador, Xabi quiere a Kylian y ya.

Muy posiblemente por eso el técnico ofreció una imagen muy llamativa en la sesión de este miércoles en Palm Beach, en un claro de luz entre las tormentas que están azotando durante todo el día Florida. En el primer ejercicio con balón, el que se puso con la estrella francesa fue el propio Xabi, que lo convirtió casi en un ensayo indidivual con el 9 madridista. A surtirle de balones, darle paredes, a menos de dos metros, evaluándole al milímetro y exigiéndole con su presencia en todas las repeticiones.

En Xabi y su staff existe la sensación de que el equipo comienza a circular en el sentido que quieren y las piezas van encajando. En ese escenario, sólo falta la pieza mayor, la de su gran goleador. Que ha perdido algo de comba por la inactividad y que, como se ha visto en los cuatro partidos madridistas en Estados Unidos, tendrá que realizar contra el Borussia un importante desgaste. La maquinaria que quiere establecer el tolosarra exige al atacante en punta una presión como la que ha venido ejerciendo Gonzalo. Decidida, incansable e inteligente.

Es la misión, más allá de los goles que se le caen por suerte de los bolsillos, que le toca a Mbappé.

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