Francia se emociona por Kimpembe

Tras dos años en el ostracismo, descendiendo a los infiernos, incapaz de recuperarse de una rotura del tendón de Aquiles, Presnel Kimpembe recuperó la sonrisa este martes. Luis Enrique decidió darle diez minutos en la victoria del PSG contra el Le Mans, por 0-2, en los octavos de la Copa de Francia, y el internacional francés volvió a vestirse de corto por primera vez desde el 26 de febrero de 2023, día en el que se confirmó su rotura del tendón que le mantuvo alejado de los terrenos de juego prácticamente dos años.

Indiscutible en los planes de Deschamps, campeón del mundo en 2018, el calvario de Kimpembe comenzó justo antes del Mundial de Qatar. El defensa forzó su recuperación con el objetivo de ir convocado y, en un partido contra el Auxerre, en noviembre de 2022, su tendón dijo basta. Estuvo 88 días de baja, no acudió a la cita mundialista y sus peores presagios se confirmaron meses después, el 26 de febrero de 2023, cuando una mala pisada recrudeció todavía más la lesión, que le mantuvo 688 días en el dique seco.

En ese período de dos años, con vicisitudes constantes, con múltiples recaídas, Kimpembe no se rindió nunca. Trabajó en el gimnasio con fuerza, desbarató cualquier atisbo de traspaso por parte de la dirección deportiva del PSG y, tal y como apostilló, su objetivo fue siempre triunfar en París. Un esfuerzo que no pasó desapercibido para Luis Enrique, que, aunque no le había dado ni un minuto esta temporada hasta este martes, consciente del delicado estado del tendón del internacional francés, decidió premiarle con diez minutos en el encuentro de la Copa de Francia.

No solo jugó diez minutos, sino que, en otro gesto de reconocimiento, indiscutible a nivel interno tanto por compañeros como por el staff técnico, Kimpembe portó el capitán de brazalete en el tramo final del partido ante el Le Mans. El central, que era un fijo para el PSG, encarnando el potencial de la cantera parisina, siempre olvidada hasta la llegada de Luis Enrique, no pudo contener su emoción después del pitido final del colegiado, afirmando que “el camino había sido muy largo” y que estaba “muy contento” de poder haber vuelto a saborear lo que es ser futbolista.

“Intenté prepararme lo mejor que pude. Me llevó todo el tiempo que hizo falta. Soy un guerrero, un soldado. Tengo muchas emociones esta noche. Poder volver a hacer lo que más te gusta después de dos años de pausa es increíble. Mis compañeros siempre me han apoyado. También son mis compañeros, algunos de ellos mis hermanos. Somos una familia, estamos unidos. Durante el periodo que pasé, tuve la suerte de tener compañeros que siempre me apoyaron. Me apoyaron cuando los necesité“, dijo, con un semblante rebosante de emoción, en zona mixta.

En invierno, durante el mercado, a Kimpembe le llegaron varias ofertas. El defensa, sin embargo, declinó todas ellas para cumplir su objetivo de imponerse en el Paris Saint-Germain. El primer paso hacia su recuperación, interminable por momentos, lo dio este martes, disputando diez minutos con el club de su vida y, además, teniendo tiempo para recibir una tarjeta amarilla, prueba inequívoca del ímpetu y la garra con la que salió al terreno de juego. Un detalle de Luis Enrique, que ha reiterado, a lo largo de la temporada, el compromiso del jugador con su recuperación y su carácter para no rendirse ni en los momentos más duros de su lesión.

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