El Madrid ata a la joya de La Fábrica: Alberto Ruiz, hasta 2028

Zurdo, con el 10 a la espalda, pegamento en la bota y colmillos en el área. Mediapunta, con querencia por bajar a recibir y arrancar. Con personalidad superior a sus 14 años (9 de febrero de 2011). Y, sobre todo, alejado de los focos (no le busquen por redes sociales, no tiene). Volar en el campo sí, pero que no lo haga la mente. Ese es el mantra. Esa es la radiografía de Alberto Ruiz. Uno de los grandes talentos de los últimos años en La Fábrica. La joya que viene. Y que, según ha podido saber AS, acaba de firmar un nuevo contrato en Valdebebas. Hasta 2028, tres temporadas más. El Madrid apuesta por Alberto y Alberto apuesta por el Madrid.

Se trata de un contrato ratificatorio de la confianza que ambas partes se profesan. Para seguir perfilando con calma cada uno de los pasos. Para asegurar el futuro (el lazo llega hasta la edad juvenil) y, así, poder estar simplemente centrados en el presente. La mejor receta para seguir puliendo a un diamante que aparecen señalado en rojo también en la RFEF (es internacional) y que año a año, regate a regate, gol a gol, dispara la expectación. Los 34 tantos y 19 asistencias con los que ha cerrado la 2024-25 en el Infantil A, la última muestra.

Ahora comenzará la siguiente en el Cadete B. Con calma. Como suelen tratarse los procesos internamente. Como los afronta un joven del que destacan desde los pasillos de Valdebebas, amén de su talento indiscutible, su madurez. Y no es sencillo cuando los piropos son constantes. “Es el mejor del mundo a su edad”, llegó a decir José Ramón de la Morena en una Futures que Alberto, MVP y máximo goleador, se puso por montera.

Los viajes de AVE

Así ha ido quemando etapas desde que llegó a La Fábrica en 2019. Mucho trabajo, sacrificio y sintonía. Desde el club, con Manu Fernández, director de fútbol de la cantera, a la cabeza, se ha hecho una gestión milimétrica con Alberto. Y se sigue haciendo. Muy cuidada. Remando todos en la misma dirección todas las partes. Por la particularidad del contexto. Porque no ha sido hasta esta temporada cuando la familia del 10 se ha mudado a la capital.

Hasta entonces, Alberto entrenaba dos días en Valdebebas y el resto en casa, en La Solana. Con su gente. Sacrificio y aprendizaje que su padre Manuel explicaba así, desde la Promises de Orlando (Florida), a este periódico: “Cogemos el coche de mi pueblo a Ciudad Real y desde allí el AVE. Solemos regresar a las 23:00 horas, pero es mejor así, tenerlo en casa. A su edad es primordial que esté con los papás”.

Unas pautas muy bien marcadas. “Sólo pensamos en acompañarles y en que disfruten”, añadía Maribel, su madre, en Florida. La familia. La mejor burbuja para Alberto en un deporte, el fútbol, que puede maleducar con su impacto mediático. Y en un club como el Madrid, siempre en el centro del escenario, aún más.

Un amistoso y un hat-trick

Y todo comenzó con un hat-trick. Una historia puesta en relieve por el diario . “Mi sueño es llegar a Primera y jugar en el Bernabéu con el Real Madrid”, reconocía hace dos años nuestro joven protagonista. Alberto, que recordaba con euforia el día que se enteró del interés blanco: “Cuando me lo dijeron, me puse como un loco”. La clave fue Moisés García. El coordinador del fútbol base de La Solana se las arregló para apalabrar un amistoso entre el club manchego y el Real Madrid. Y ahí, Alberto se salió.

Tres goles que encandilaron definitivamente al equipo blanco. Una semana después de la exhibición, llegó la llamada y Alberto se puso la elástica madridista. Desde aquel hat-trick, han llegado muchos goles más. Los últimos 34, en el Infantil A. Los siguientes, en el Cadete B. Actuaciones que le han convertido en una de las joyas más brillantes a nivel mundial a su edad. Bendito amistoso, pensarán en La Fábrica.

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