El Real Madrid C pisa el infierno
Cruel desenlace a una agonía de temporada: deberá jugar el playout para no bajar a Tercera RFEF. Ganó, pero el Moscardó remontó un 2-0 en Guadalajara

La pesadilla interminable: el Real Madrid C tendrá que jugar el playout para no descender a Tercera RFEF. Punto seguido a una temporada para olvidar. Que prácticamente sólo se puede mejorar, pero aún puede empeorar más: dos entrenadores (Gómez-Rey fue cesado en enero y llegó Joselu Sánchez), únicamente diez victorias y más goles encajados, que anotados (34-35). Es más, llegó a esta última jornada sin depender de sí mismo para evitar el playout. Y pese a todo, rozó la salvación. Se lo creyó. Pero el final fue cruel: un gol del Moscardó en el 97′ le condena al playout. Pierde el pulso. Jaque.
La última jornada fue agónica, digna de photofinish. En Segunda RFEF hay cuatro equipos que descienden automáticamente, mientras que el quinto por la cola queda condenado a jugar un playout. Un cara a cara contra el 13º de otro grupo, a decidir por sorteo; el mejor 13º de los cinco grupos también se salva automáticamente (ha sido el Lleida), pero el segundo filial hace mucho que dejó de tener opciones de esta papeleta. Era sencillo: salvarse o playout. Y no dependía de sí mismo.
Épica en Guadalajara
Para evitar el infierno, las cuentas eran simples: debía ganar al Illescas (ya descendido) y esperar un pinchazo del Moscardó en el campo del líder (pero ascendido hace semanas y repleto de suplentes). Vencer y esperar. Así de sencillo. Y la combinación... no se dio. Aunque por momentos lo pareció. Y tanto. El Moscardó iba perdiendo 2-0 en el campo del líder, a falta de 13′. Parecía imposible. Muerto; pero no, sólo estaba de parranda. Remontó. Y eso mató al Madrid.
Suspense al descanso...
A un equipo que vivió un último partido digno de lo que ha sido todo el curso: sufrir, sufrir y sufrir. Le costó incluso tumbar a un Illescas ya descendido. Bruno Iglesias hizo el 1-0 de penalti y pareció encarrilar la faena, pero entonces, llegó el 1-1, de David López. El mazazo. El jarro de agua fría. Con ese resultado se llegó al descanso... y a los minutos finales. Aunque para mayores turbulencias, llegaban noticias desde el Pedro Escartín: el Moscardó, que perdía 2-0, acababa de empatar 2-2. Y estaba contra nueve.
...y tragedia al final
Para entonces, el Real Madrid C ya había hecho el 2-1, obra de nuevo de Bruno Iglesias, que recibió un centro raso desde la izquierda y, tras zafarse de la marca, definió por el segundo palo. Su trabajo estaba hecho. Sólo quedaba confiar en el Gualadajara, líder y ascendido, pero con una motivación menor en el horizonte: certificar la imbatibilidad de su estadio en toda la temporada. No perder ni un solo partido en el Pedro Escartín. Pero lo hizo.
Las miradas en Valdebebas apuntaban a los teléfonos móviles. Llamadas del cuerpo técnico a desplazados hasta Guadalajara. Informando de lo que estaba pasando. Era un asedio del Moscardó. Volcado. Con todo. Si no había gol, el C se salvaba; si lo había, quedaba condenado al playout. Y sucedió. En el 97′, a las mallas. El Moscardó de Javi Poves se salva de la quema y el Real Madrid C deberá jugar el playout. Le quedan dos partidos esta temporada. Los últimos. El todo.
Clasificación

¿Y ahora?
Sorteo: . Hasta entonces, esperar. Como se ha apuntado, de los cinco equipos que han quedado 13º, el que más puntos ha logrado se salva automáticamente (Lleida). Y entre los otros cuatro, sorteo puro. Escobedo (43 puntos), Barbastro (40) y Villanovense (38). Uno de esos será su rival. Ida y vuelta, con el factor campo también condenado al azar. El que gane, se salva; el que no, baja a Tercera RFEF. Así de sencillo. Un cara a cara. Matar o morir. Así terminará la temporada del Real Madrid C. Digna de los Juegos del Hambre.
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