El último toque de Miguel de las Cuevas
El alicantino anuncia su retirada del fútbol en activo tras jugar en todas las categorías nacionales en una trayectoria de 500 partidos
El fútbol siempre tiene en un lugar selecto a los jugadores especiales. Y Miguel de las Cuevas es uno de ellos. Por eso, cuando el centrocampista alicantino ha anunciado su retirada se ha sucedido una corriente de elogios para una carrera de casi 20 años vinculada al fútbol.
Formado el Agustinos de Alicante, toda una institución del deporte a nivel nacional, no tardó mucho en llamar la atención y prueba de ello es que a los 16 años ya debutaba con el primer equipo del Hércules. Fue en un derbi provincial ante el Novelda en Segunda B en la última jornada de la temporada 02-03. Fue sólo el anticipo de lo que vendría después.
Siguió en su proceso formativo con el club herculano y a la temporada siguiente le dieron dos oportunidades al cierre de la competición. Porque la campaña 04-05 se vio a un De las Cuevas en eclosión. Disputó 32 partidos y marcó tres goles que sirvieron para que el representativo del fútbol alicantino ascendiera a Segunda División.
Su proyección se ratificó en el fútbol profesional hasta despertar el interés del Atlético de Madrid, que pagó una cantidad cercana a los 500.000 euros por su traspaso. Sin embargo, no terminó de cuajar en la ribera del Manzanares sumando 24 partidos en tres temporadas. El Atlético decidió cederlo al Sporting de Gijón, donde vivió uno de sus momentos más pletóricos como futbolista coincidiendo con la etapa en el banquillo de Manolo Preciado. Entre esos recuerdos, un gol en el Bernabéu que sirvió para un triunfo rojiblanco.
Tras cuatro temporadas en El Molinón, incluyendo un descenso a Segunda, siguió su periplo por el norte. Pamplona, y más concretamente Osasuna, fue su casa entre 2013 y 201. Primero con una cesión que se convirtió en traspaso obligatorio a razón de 1,2 millones de euros. También tuvo una corta experiencia internacional en 2015, cuando iba a pasar a formar parte de la Spezia en Italia. Una lesión de rodilla le hizo volver a Pamplona siendo parte de un ascenso en 2016 y un descenso en la temporada siguiente.
Tras cerrar su ciclo como rojillo, la presencia de García Amado como director general del Córdoba dio pie a su fichaje por un equipo condicionado por el límite salarial y que terminó descendiendo a Segunda B en la temporada 18-19. De las Cuevas fue de las pocas noticias agradables en esa temporada y generó un vínculo con la ciudad que le hizo quedarse incluso cuando se produjo el descenso a Segunda Federación. Cerró su periplo como blanquiverde con un gol ante el Badajoz, marcado en la última jornada de Liga de la temporada 22-23 de Primera Federación.
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Sus últimos toques se vieron en Orihuela, donde cerró la temporada pasada su carrera en Segunda Federación y en el pueblo de su madre. Ahí hizo sus dos últimos goles en su último partido de Liga ante el San Roque de Lepe.
Hoy, a través de un comunicado emitido por AFE, el alicantino ha dicho adiós. Además de acordarse de todos los clubes por los que ha pasado, ha dejado un emotivo último párrafo de la despedida: “Me voy habiendo jugado más de 500 partidos, más de 200 en Primera División, y habiendo marcado goles en todas las categorías profesionales del fútbol español, desde Primera División a la actual Segunda Federación. Pero lo más importante es la gente que me llevo conmigo. Gracias a todos los que habéis formado parte de este viaje. Gracias fútbol, esto empieza ahora”.
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