Lucas Pérez y Mella animan al Deportivo

Tenía el Deportivo un incómodo partido en A Pobra ante el Compostela. Incómodo porque los coruñeses venían de empatar 0-0 en O Vao ante el Coruxo, incómodo porque el Compostela es un buen equipo de Segunda RFEF pensado para ascender e incómodo porque los blanquiazules sudan la gota gorda cada vez que juegan lejos de Riazor. Y la cosecha no fue nada mala. Victoria lejos de A Coruña, lo cual ya es noticia. Nuevo gol y mando de Lucas Pérez, lo que ya es menos noticia. Detalles de lujo de David Mella, que a la primera aprovechó su oportunidad. Mordiente de Barbero, que cambió el gol por un penalti provocado que transformó Davo. Cuarto amistoso con la portería a cero, a la espera de que la dulce pretemporada suba el nivel con Ponferradina y Arenteiro.

Como era de esperar, Idiakez apostó de inicio por un once mixto entre titulares, suplentes y canteranos. Suficiente para dominar el partido ante un Compostela voluntarioso, pero que no lograba poner en peligro la portería de un Germán bien cubierto por Pablo Martínez y el debutante Pablo Vázquez. El ‘olvidado’ Mella tuvo la primera gran ocasión, pero el portero del Compos ganó el mano a mano. Curiosamente, el gol de ventaja con el que los coruñeses se fueron al descanso no llegó de una jugada elaborada a base de dominio, sino de una contra. Córner a favor de los santiagueses, rechace que le llega a Yeremay en banda, perfecta conducción a la contra del canario con asistencia a Lucas Pérez para que el de Monelos no perdonase en el cara a cara para poner el 0-1 en el minuto 22′. Cómodo Depor, cómoda ventaja.

Después del debut de Pablo Vázquez y del activo Mella, el descanso dio paso al estreno de Ximo Navarro y Diego Gómez. Los coruñeses, lejos de conformarse, salieron en el segundo acto en busca de la sentencia con llegadas claras es Mella y del debutante Marc. Todavía mejor fue la jugada de Mella en el 57′, sentando a dos defensas y sirviendo a un Lucas Pérez que se confió en exceso en la definición. Pasado el perdón fue el momento de los santiagueses, que rozaron el empate en un par de jugadas a balón parado. Solventado el arreón, Barbero volvió a demostrar que es algo más que un rematador. Sus ganas y presión acabaron con un penalti que el andaluz cedió a Davo para que en el 79′ cerrase el partido en el que el único lunar fueron algunos desajustes en defensa que, eso sí, no tuvieron consecuencias para Germán.