‘SuperMario de Luis’ se despide del Madrid

El fin de una era. La de Mario de Luis en el Real Madrid. ‘SuperMario’, por sus vuelos. Por sus reflejos. Por su profesionalidad. Por su resiliencia. “Cuando más difícil parece, mejor”. Ese es su leitmotiv. Un mensaje que traslada cualquiera que conoce al guardameta. Y que comenzará a aplicar ahora más que nunca. Un punto final que es un punto seguido. El contrato de Mario ha llegado a su fin. O lo hará, el 30 de junio. Pero ha sido hoy cuando el guardameta ha puesto palabras a su adiós. “El Real Madrid ha sido mi casa, mi escuela, mi segunda familia”. A sus 23 años, nueva etapa. Y comienza hoy.

Llega el momento de valorar opciones. De escoger destino. De seguir creciendo. Con una mochila cargada de experiencia, de rendimiento, de remar a contracorriente. Sin ir más lejos, esta temporada. Comenzó como cuarto portero del Castilla y terminó siendo el muro de la remontada entre enero y febrero. Fueron once partidos con solo ocho goles en contra. Y cuatro porterías a cero. Un do de pecho que le llevó incluso a la Sub-21. Y a poder regalar, gracias a su constancia y a su mirar hacia delante, su dedicatoria más especial. Al cielo. a su padre, que falleció a finales de 2024. “Qué ganas tenía de poder dedicarte esto, papá. Sé que lo has disfrutado mucho, te quiero”.

Mensaje de despedida

Y así quiso poner palabras Mario de Luis a su despedida:

“Llegué al club en el año 2010 con la única intención de disfrutar de lo que más me apasiona: jugar al fútbol. Un niño con la ilusión de ser futbolista profesional. A lo largo de todos estos años, el camino no ha sido fácil. Ha estado lleno de esfuerzo, sacrificios, momentos difíciles y también muchas alegrías. Pero con trabajo constante y disciplina he ido creciendo paso a paso, temporada tras temporada, formándome como futbolista. El Real Madrid ha sido mucho más que un club para mí. Ha sido mi casa, mi escuela y mi segunda familia. Me han inculcado unos valores que no solo me han ayudado dentro del campo, sino que me han hecho crecer como persona. No quiero dejar pasar la oportunidad de agradecer a todas las personas que han formado parte de este camino y que han hecho que todo esto sea posible. A mis entrenadores, a mis compañeros y a los trabajadores del club. A todos vosotros: muchísimas gracias de corazón. Y, por supuesto, una mención especial a mis tres amigos de siempre: Théo, Cuenca y Loren. Es increíble lo que hemos vivido juntos. Empezamos los cuatro desde la categoría más baja de la cantera, soñando con llegar lejos, y hoy seguimos juntos. Compartir este camino con vosotros hasta el Castilla ha sido una experiencia inolvidable. ¡Muchas gracias, Real Madrid!“.

Su paso por el Madrid

Esta temporada volvió a ser pieza importante en un filial que soñó en plata. Como lo fue en la 2022-23. Suplente en las dos primeras jornadas: empate y derrota. Titular en las tres siguientes: nueve puntos. Suplente en la sexta: patinazo en Alcorcón. Ahí acabó la alternancia. Ahí comenzó una racha de 18 jornadas sin perder que llevó al filial del sexto lugar al primero. De soñar a aspirar. Con el talismán de Luis bajo palos.

Una lesión en el tramo final le dejó sin el playoff del casi ascenso (un error en Elda). Y sin el comienzo de la siguiente. Ahí reaparecieron los contratiempos, con Lucas Cañizares por delante. Aguardó. Sin alzar la voz ni reblar. “Es un chico genial, trabajador. Una gran persona, todos le quieren mucho”, sonríen en Valdebebas al preguntar por él. Y así llegó a ese nuevo kilómetro cero. De tener a Fran González, Piñeiro y Súnico por delante, a ganarse sobre el césped la llamada de la Sub-21. Una vez más, cuanto peor, mejor.

Ida y vuelta

Un camino espinoso que ha forjado la personalidad de Mario. Porque su viaje a Valdebebas ha tenido idas y vueltas. Llegó en 2010 y decidieron no renovarle en 2016. De benjamines a infantiles. Para brillar desde entonces en el Rayo. Tanto que siendo juvenil de primer año era asiduo en los entrenamientos del primer equipo de la Franja y un año después ya jugaba en el filial, con convocatorias constantes con los mayores. La llamada a filas de la Sub-18 y media temporada cedido en el Xerez, donde sus paradas (solo siete goles encajados en 13 partidos) y jovialidad le hicieron ganarse el cariño de la hinchada, llevaron al Madrid a tocar de nuevo su puerta. Y en 2020 volvió, llegando a acumular cuatro convocatorias con el primer equipo. Y ahora ha llegado al capítulo final.

Un portero con alma de delantero

Pero, ¿qué tipo de portero es Mario de Luis? Uno con alma de delantero. No por deseo, sino por pasado. Porque en La Chimenea, en su barrio, cuando era niño, dio sus primeras patadiccwin247.como ariete. De ahí su juego de pies. “Es espectacular, mejor que muchos jugadores de campo”, apuntan quienes le han visto crecer. No hubiera desentonado el día que Raúl le pidió a sus porteros que llevasen elásticas de jugador ante el riesgo de alineación indebida por el aluvión de lesiones. No tan alto como otros talentos de La Fábrica (aunque de buena estatura: mide 1,85), pero muy ágil. “Es un gato, con muchos reflejos y muy reactivo”, es la radiografía. Cualidades que nunca han parado de latir. Con la resiliencia por bandera.

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