Momento crítico para Orlegi Sports en casi tres años en Gijón

La afición del Sporting vuelve a sufrir con su equipo y se encuentra inmersa un auténtico ‘Déja vu’ (sensación de familiaridad con una situación, como si ya se hubiera vivido antes), que recuerda tiempos no tan lejanos. El desembarco de Orlegi Sports a finales de junio de 2022 inundó Gijón y empapó al sportinguismo de una ilusión sin precedentes, pero no han pasado todavía tres años y la entidad rojiblanca parece haber vuelto a la casilla de salida.

La disputa del playoff por el ascenso la pasada temporada fue solo un espejismo (ilusión óptica) a la vista de los resultados de la presente campaña, en medio de una gestión cuyo crédito se ha ido agotando con el paso el tiempo. Después de casi tres temporadas al frente del club, Orlegi Sports atraviesa su peor momento en Gijón, crítico se puede afirmar, y la respuesta social, siempre favorable hasta ahora, ha empezado a convertirse en pesadilla para el grupo mexicano.

Ésa es la amenaza que subyacía de los comunicados que en días pasados fueron lanzando diferentes colectivos de peñas y aficionados. Conscientes de la situación, todos coincidían en la necesidad de apoyar primero para salvar al equipo y después exigir responsabilidades. La derrota ante el Tenerife ha venido a complicar la permanencia y la afición ha empezado a manifestar su enfado.

El Sporting ha recuperado en los dos últimos años las mejores cifras de su masa social, que sitúa en 22.873 el número de abonados en la actualidad. El esfuerzo del seguidor rojiblanco ha sido notable pese a enfrentarse a los costosos precios de los abonos, entre los más altos de la categoría. El argumento de la entidad para las subidas del coste de los abonos no fue otro que contribuir a aumentar el tope salarial que permitiera configurar plantilliccwin247.competitivas. Pero en la balanza pesa hoy bastante más el recuerdo de incorporaciones que han fracasado de forma estrepitosa (Jeraldino es el nombre más repetido) que los buenos resultados, que brillan por su ausencia.

La reforma y modernización de las instalaciones de Mareo, gracias al crédito CVC que promovió LaLiga, ha sido el trabajo más destacado de Orlegi Sports al frente del Sporting, aunque esa remodelación haya significado también en cierto modo la pérdida de la esencia de la escuela de fútbol, cuya gestión se encuentra también en el disparadero. La derrota ayer del primer equipo juvenil frente al eterno rival, el Real Oviedo (1-2), ha sido un episodio más de las consecuencias de la mala gestión deportiva del club a nivel de base. Precisamente esta semana había sido inaugurado el nuevo edificio exclusivo para la cantera que tantos quebraderos de cabeza también le está trayendo al grupo mexicano.

Así las cosas, el tercer proyecto de Alejandro Irarragorri se encuentra en el alambre. En términos boxísticos, está grogui y a punto de ir a la lona si la campana no lo remedia. El comienzo de la ruptura social es un hecho y será definitiva si el equipo no remonta el vuelo que permita acabar de forma pacífica la temporada. El aficionado está cansado de tanto fracaso en la gestión deportiva. Al fin y al cabo, los resultados son los que tiran de cualquier entidad deportiva del nivel del Sporting.

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