Nadie merecía ganar el derbi
Real Sociedad y Athletic empatan a nada en Anoeta. El punto sabe mejor a los leones en su lucha por la Champions.
Imanol, abrigado por el cariño infinito de la grada, dejó caer el telón de los derbis, de esos partidos que hacen sacar su vena más forofa, con un partido que solo pasará a la historia por ese adiós, porque probablemente fue el más flojo y descafeinado de todos en los que se ha visto involucrado. Se va sin haber caído ante el eterno enemigo en su casa, que está muy bien. Su meta es el sexto billete consecutivo para Europa, pero las tablas sin goles, las gafas, suponen un frenazo. La Real es el equipo que se ha quedado sin marcar en más partidos de esta Liga, ya acumula 16, casi la mitad de los que ha disputado, a cuatro del récord que en 2007 le envió a Segunda, y eso le está empujando hacia la mitad de la tabla. Ayer no fue ni un merecedor de la Conference. No ha ganado a ningún equipo vasco este curso. El fútbol le ha abandonado, se ve en ascuas con el balón.
Al Athletic le iba bien sumar, aunque sea el botín más exiguo, de cara a la Champions. Dadas las circunstancias, le sabe a gloria. Sigue negado en Anoeta, octavo pulso ante el vecino sin ganar, desde el 12 de marzo de 2017. Pero, vamos, que fue un rollo patatero, una sesión de exprimirse físicamente, con temblores de ambos protagonistas para no exponerse a perder. Cuando las pizarras priorizan que el rival no saque el juego limpio, a través de una presión alta furibunda, suelen llegar esperpentos de este calibre. Los leones no querían un despropósito como en el Bernabéu, que tras una labor titánica se decantó por un error en el descuento. La excitación de otras ediciones derivó en respeto mutuo.
El derbi de Anoeta venía condicionado por lo ecos previos. Villarreal y Betis no dejan de engordar su granero de puntos y están apretando la pelea por el cuarto y quinto puestos, esos de Champions, situados a rebufo de los tres transatlánticos de la Liga española. El Athletic veía a ambos con prismáticos hasta hace poco, pero su énfasis en pensar que debe jugar la final de la Europa League en San Mamés el día 21 de este mes le ha despistado un poco en el torneo doméstico. Enfocaba el derbi como un partido-piedra en el zapato, tratando de pasar las dos horas sin muchas molestias, y le valía un puntito, así que apenas se prodigó en ataque. Entre eso y que la Real está en fase de recoger los bártulos y pensar en la nueva era que se abre en la 2025-26, el choque, tan prometedor durante la semana previa, fue un absoluto tostón, una tabarra pasada por agua que no merecería ser repasado ni con medio minuto de resumen en los informativos de mañana. Primer tiempo sin tiros a portería, con una ocasión malograda de Sergio Gómez que envió al cielo encapotado de Donostia. Y segundo con poquito más que llevarse a la boca.
Valverde metió siete cambios con respecto al jueves, pensando en la vuelta ante el United. Su equipo estuvo muy bien plantado a nivel defensivo, sin importarle el ataque. No quería arriesgar, la prioridad era jugar seguro, tener balón y posesiones largas. Al más puro estilo Flick, tiró fueras de juego para desactivar la velocidad de los atacantes txuri-urdin, aunque alguno fue más justo de la cuenta.
Zubimendi tenía muchas sombras cuando entraba en contacto con el cuero y eso secaba la fuente de inspiración de los de Imanol. A Galarreta le esperaba lo mismo. La Real salió con una idea clara: abrir por bandas y atacar sin mirar atrás, pero fue perdiendo chispa.
El choque de rivalidad vecinal no era una oda al futbol exquisito, más bien un ladrillo indigesto, con demasiado miedo al error. Solo Kubo, que se llevó no pocas tarascadas, proponía algo. Lo único potable en los 45 minutos iniciales fue un centro en el minuto 38 de Aihen Muñoz a Brais, que controló mal y el balón cayó en pies de Sergio Gómez. Este lanzó por arriba en posición muy forzada. En el argot de balonmano, se podía haber pitado pasivo a un período tan inerte.
Una ráfaga de siete minutos tras el descanso parecía ser promesa de enmienda por parte de ambos conjuntos. Kubo obligó a Simón a enviar a córner y Berenguer, que vio la quinta amarilla y se perderá el próximo partido ante el Alavés, como Gorosabel un poco más tarde, tuvo la suya tras robo alto, un tirito raso muy fácil de atajar que fue el único bagaje rojiblanco entre los tres palos en 90 minutos. Imanol sacó de la telaraña a Zubimendi, recogiendo el juego desde más atrás o incluso en el lateral zurdo. Los leones empezaron a hacer concesiones, no como en el primer tiempo, principalmente por balones interiores muy arriesgados que depararon córners y faltas, pero la estrategia no sonreía a los locales. En un saque de esquina pésimamente defendido por los bilbaínos, Brais tuvo el 1-0 en el primer palo, detenido por Simón, y el rechace sonrió a Martín, que la envió fuera. Kubo reclamó un penalti de Vivian, que sigue viviendo con mucho riesgo. El encuentro se desmelenó, pero tampoco fue un escándalo, en el sorbo final, con un contraataque de Berenguer que rebañó muy ágil Martín y una jugada de estrategia en la que se incorporó al ataque Remiro. El Real-Athletic se ha quedado sin tensión, sin garras afiladas, ni polémicas, ni electricidad ambiental... esos ingredientes tradicionales. La afición desplazada desde Bilbao gritaba al final: Sí se puede. Lo decía por Old Trafford, claro, porque esta noche no se podía ni jugando hasta el amanecer. Nadie se mereció el triunfo, solo Imanol, pero por su currículo.
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- 1 Remiro
- 3 Aihen Muñoz
- 21 Naif Aguerd
- 31 Jon Martín
- 18 Hamari Traore (73')
- 4 Martín Zubimendi
- 23 Brais (61')
- 28 Pablo Marín
- 17 Sergio Gómez (61')
- 14 Take Kubo (81')
- 10 Oyarzabal
- Banquillo
- 40 Arkaitz Mariezkurrena
- 11 Sheraldo Becker (81')
- 7 Barrenetxea (61')
- 12 Javi López
- 16 Jon Ander Olasagasti
- 20 Jon Pacheco
- 32 Aitor Fraga
- 24 Luka Sucic (61')
- 22 Beñat Turrientes
- 6 Elustondo
- 13 Unai Marrero
- 19 Jon Aramburu (73')
- 1 Unai Simón
- 15 Lekue
- 2 Gorosabel
- 3 Daniel Vivian
- 4 Aitor Paredes
- 16 Ruiz de Galarreta (61')
- 20 Unai Gómez (81')
- 7 Berenguer
- 9 Williams (61')
- 24 Benat Prados (73')
- 12 Guruzeta (61')
- Banquillo
- 18 De Marcos
- 21 Maroan Sannadi (61')
- 32 Adama Boiro (81')
- 23 Mikel Jauregizar (61')
- 5 Yeray
- 28 Peio Canales
- 6 Vesga (73')
- 14 Unai Núñez
- 13 Julen Agirrezabala
- 17 Yuri
- 11 Álvaro Djaló (61')
Cambios
Ander Barrenetxea (61', Sergio Gómez), Luka Sucic (61', Brais Méndez), Álvaro Djaló (61', Iñaki Williams), Maroan Sannadi (61', Gorka Guruzeta), Mikel Jauregizar (61', Íñigo Ruíz de Galarreta), Jon Aramburu (73', Hamari Traoré), Mikel Vesga (73', Beñat Prados), Sheraldo Becker (81', Takefusa Kubo), Adama Boiro (81', Unai Gómez)
Tarjetas
Arbitro: César Soto Grado
Arbitro VAR: Valentín Pizarro Gómez, Gonzalo García González
Berenguer (43',Amarilla), Pablo Marín (57',Amarilla), Gorosabel (77',Amarilla)
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