1x1 del Real Madrid contra el Oviedo: a Mbappé le queda pequeña la Bota

Courtois: Apenas había tenido que ponerse los guantes, pero cuando el Madrid le necesitó, ahí estuvo. Como siempre. Paradón sensacional a Hassan para evitar el 1-2. Nunca se quita la capa.

Carvajal (87′): Se llevó todos los golpes y de todos se levantó. La mejor noticia de que la lesión está olvidado. En su diccionario no aparece la palabra miedo. Sí que aparece pulso, y se lo está ganando a Trent. Pisó mucho campo rival y, desde ahí, defendió. Estupendo a la hora de irse al suelo (cuatro tackles) y en la brega (ganó cinco duelos y sólo perdió uno). Amén del liderazgo que lleva en las venas. La defensa es otra con él sobre el campo. Y no es hacer de menos a Trent, sino de más a Carvajal.

Rüdiger: Volvió el Loco, sin locuras. Positivo. Cómodo junto a Huijsen. Rambo hizo labores de corrección, Dean de dirección. Estuvo atinado en posesión (más de 95% de acierto en el pase) y apenas perdió balones. Aunque le faltó algo de soltura en alguna acción. Actuación solvente.

Huijsen: Si Mbappé es el capitán general arriba, abajo lo es Huijsen. Tiene todos los galones que puede tener un defensa y apenas lleva dos meses en el Madrid. Superó las 100 intervenciones y apareció en campo rival en muchas, muchas ocasiones. Como extremo, incluso, dejó un centro. Importantísimo en la construcción, aunque erró algún pase más de lo habitual, y firme en los duelos, donde está su margen de mejora. Un mariscal de 20 años.

Carreras: Actuación menos rimbombante que la anterior, pero sin lunares. Apareció en el centro del campo para aportar salidas a sus compañeros. Una situación en la que se siente cómodo. Aunque no consiguió ganar línea de fondo como en él es habitual, cumplió.

Valverde: La cerilla de la presión. Siempre lo es, el esfuerzo no lo negocia. Pero más alejado del área de lo que pide el cañón que tiene en la pierna. Xabi le ubicó en una especie de doble pivote con Tchouameni, aunque algo más adelantado, y fue fundamental para cortocircuitar al centro del campo carbayón en el arranque. Eso sí, más cerca de la acción es más Valverde. De hecho, en cuanto pisó tierra hostil acarició el 0-2 con una llegada desde atrás. El Halcón es más halcón cuando puede volar.

Tchouameni: Qué lejos quedan aquellos pitos contra el Celta... Parece un universo paralelo. Porque en este, Tchouameni es capital. Mbappé abrió la lata, pero que su compatriota sostuviera al equipo fue fundamental. No perdió ni un solo duelo en los primeros 45 minutos, seis de seis. Imperial por arriba y por abajo. Amén de dejar un par de segadas que apagaron el fuego antes de que hubiera ascuas. Y otra, que fue el inicio del gol de Kylian. Limpio al suelo, robó a Dendoncker. Ahí comenzó todo. Aurélien y 10 más. Y con razón.

Mastantuono (63′): Que a Xabi le gusta Franco es una obviedad. Con cuatro entrenamientos debutó y con un puñado más, titular. Poco más que hablar. Y a los detalles del estreno añadió muchos más... y sudor. No tardó en apretar al rival en una presión que casi termina en gol, bajó a recuperar en balón en área propia para armar una contra... Tiene interiorizada la intensidad que demanda el plan. Aunque es con balón, con total libertad para aparecer por el frente, donde está su esencia. Por derecha recibió con soltura y regaló una incursión en el área, por el centro que acarició el penalti. Muy conectado al juego, hasta que se quedó sin pilas.

Güler (74′): Menos en la base, más cerca de la acción. Y ahí, el turco afiló los dientes. Más cómodo que frente a Osasuna, demostró tener buena sintonía con Mastantuono y, cuando tuvo algo de espacio, decidió. De su bota nació el tanto de Mbappé, con una asistencia de postín. Sigue creciendo y Xabi no quiere ni pensar en un once sin él. Clave.

Mbappé (87′): Líder. Es la palabra. Se siente así, Xabi ha hecho que se sienta allí. Tiene las llaves del Madrid en casa. Hace y deshace. Está mucho más fino, más ágil, más sonriente, más libre. Regateó siempre que pudo y, casi siempre, con acierto. Como en el gol. Control de museo ante el pase milimétrico de Güler, orientación y a la red. Y en la segunda parte, cuando apenas había aparecido, lo hizo. Tuvo una y a la jaula. Dos partidos, tres goles. Y séptima jornada consecutiva marcando. La Bota de Oro se le va quedar pequeña.

Rodrygo (63′): Tras el desierto desde aquel día uno ante el Al Hilal, titular. En la izquierda, su sitio. Donde su fútbol encaja con más soltura. Y consciente de que estaba en el centro del escenario, alzó la voz. Muy participativo, eléctrico, sobre todo en la primera parte. De silbatazo a silbatazo. Dejó varios caracoleos brillantes y obligó a Escandell a sacar los guantes en la primera ocasión del duelo. Además, se asoció con mucha asiduidad en los primeros 45 minutos, y con acierto (47/49 en pases, el 96% de acierto). Reivindicativo y notable.

También jugaron

Vinicius (63′): Capaz de lo mejor y de lo peor. Vio la amarilla por tirarse y, cuando el encuentro estaba cuesta abajo, enseñó la otra cara. Presionó muy bien, robó y asistió a Mbappé en el segundo. Y sobre la bocina definió con soltura un contragolpe. Cara y cruz.

Brahim (63′): Buenos minutos del malagueño, que trató de aportar dinamismo.

Gonzalo (74′): Xabi confía en él y entró al campo mediada la segunda parte. Aportó mucha brega.

Trent (87′): Entró por Carvajal en el tramo final.

Ceballos (87′): Sin apenas tiempo para tener incidencia.

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