BARCELONA

Araújo, una llave para liberar espacio salarial

Deco ha anunciado que el Barça tiene cinco centrales y sobra uno. Todas las miradas apuntan a Christensen, pero el uruguayo también está pendiente de saber qué piensa Flick sobre su rol. Podría allanar la inscripción de Nico.

Araújo, con Flick de espaldas.
Enric Fontcuberta
Juan Jiménez
Redactor jefe de AS. Fue colaborador en AS (2000-04) y, después de pasar por Málaga Hoy, regresó como jefe de Sección en Málaga. Delegado de Andalucía entre 2009 y 2012, colaboró en la integración digital-papel de AS en Madrid. Cubre la información del Barça y la Selección de baloncesto. Tres Juegos Olímpicos. Colaborador de SER, Canal Sur y Gol.
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Deco, director deportivo del Barcelona, desveló el pasado fin de semana en una entrevista con La Vanguardia que “sobra un central” en su dibujo del Barça 2025-26. Todas las miradas apuntaron a Andreas Christensen, el central que llegó libre de contrato en el verano de 2022 después de una buena gestión de Mateu Alemany y la guinda de Xavi, que tuvo una conversación personal con el danés que terminó de convencerle. Christensen ha tenido luces y sombras. Y, sobre todo, muy poca continuidad por las lesiones. Deco no quiere tener jugadores que terminan contrato en su plantilla, y el ex jugador del Chelsea, que acaba en 2026, tiene abierta la puerta de Arabia Saudí. Lo quiere el Al Nassr, pero él está contento en Barcelona.

Y luego está lo de Ronald Araújo. Un caso que ha dado un vuelco sideral en los últimos meses. Con pie y medio en la Juventus en enero, la lesión de Iñigo Martínez en la Supercopa, el calor del vestuario (“tienes que seguir”, le dijeron Lewandowski y Gavi después del 2-5 al Madrid en la final de Yeda) y una renovación exprés hasta 2031, cambiaron un destino que parecía fuera del Barça.

Es curiosa la situación del uruguayo. Su estatus deportivo desde entonces no ha cambiado demasiado. Si acaso, ha empeorado. Cubarsí e Iñigo Martínez son los titulares indiscutibles para Flick; Eric Garcia, que tenía pie y medio fuera, se salió en el final de temporada; y hasta Christensen jugó correctamente los minutos que tuvo. Araújo, sin embargo, ha terminado el curso marcado por la vuelta de la semifinal de Champions contra el Inter, en la que no defendió bien a Acerbi en la jugada que dejó al Barça sin final. En la prórroga, cometió otro fallo de manual en la defensa de la línea de fondo con Thuram. Frattesi marcó el 4-3.

Sin embargo, el Barça decidió cerrar filas con él. Flick se deshizo en elogios con él y destacó que, debido a la lesión que sufrió en la Copa América del año pasado, no pudo hacer la pretemporada en Estados Unidos con el resto del equipo y aprender los nuevos conceptos tácticos que traía directos desde Alemania. Deco también le ha protegido con vehemencia en las entrevistas que ha concedido.

Apreciaciones

Pero a nadie se le escapan tres cosas. La primera es que Araújo no parte como titular en el Barça 2025-26. La segunda, que su cláusula de rescisión baja a los 60 millones de euros en el mes de julio. Y, por último, que el Barça está siendo extremadamente hábil en la estrategia de fichajes este curso. El de Joan García, y el posible de Nico Williams, han estado escondidos hasta última hora. Las palabras de refuerzo de Flick y Deco también podrían formar parte de un plan y mantener vivo el precio de mercado de Araújo si, durante sus vacaciones, el uruguayo repiensa su situación y entiende que no va a ser titular de manera regular la próxima temporada. Otra cosa, eso sí, es el mercado que tenga ahora el central charrúa, segundo capitán que podría ser el primero si Ter Stegen termina abandonando el club, sea menor que hace un par de años, cuando el Bayern llegó a ofrecer una cantidad superior a 60 millones de euros por su fichaje.

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Su valor de mercado ahora anda por 35. De momento, Araújo sigue, pero también tiene la palabra. Si dice que se quiere marchar, tendría las puertas abiertas, más en la situación económica en que se encuentra un club que tiene que inscribir a Joan García y sueña con Nico. Su adiós permitiría liberar espacio salarial al Barça, obligado a estar en el 1:1 para inscribir a los fichajes.

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