Dos días para enmendar un desastre
Es el plazo que le queda al Atlético en el mercado para incorporar una pieza que ajuste el equipo, que tres partidos después se ha revelado descompensado.
Tres jornadas después en el Atleti apremian los nervios, las prisas y ese mirar a la tabla y tener la sensación de que esta Liga tampoco terminará en Neptuno. El Real Madrid a 7 puntos ya, a la espera de lo que hagan los demás en cabeza, Barcelona, Villarreal y Athletic, y los del Cholo mirando desde allá abajo, hundido en la tabla. Con el casillero de victorias vacío, dos puntos de nueve ante rivales contra los que, en principio, eran para sumar 9: Espanyol, Elche y Alavés. Basta con echarle un ojo a sus valores de mercado (95,40 millones, 50,25 y 68,40 para Transfermarkt por los 603,80 del Atlético, un abismo).
Pero el equipo del Cholo no arranca y vive el peor inicio de la historia de casi 15 años con el técnico argentino. Tras otro verano de fuerte inversión. 175 millones fichajes que sumados a los del anterior sobrepasan los 355 en gasto que, visto el devenir de la plantilla sobre la hierba, resultan insuficientes. Tremendamente descompensada y sin plan B. El Atlético aún tiene dos días con red. El tiempo que queda hasta que se cierre el mercado, el lunes a las 23:59. En las oficinas del Metropolitano se trabaja a contrarreloj. Y con la urgencia que impone mirar a la tabla. Pero ahí esa frase. “Dejen salir antes de entrar”. Y en esas está el Atleti. Liberar para compensar. Si en el primer partido de la temporada, el de Cornellà, el entrenador alineó a cinco de los nuevos en su once, en el último, ante el Alavés, ya fueron solo tres.
Cierto es que la lesión de Baena condiciona. Es el fichaje estrella del verano, ese futbolista que iba a darle circulación y juego al Atlético. Y se comprobó en la primera hora de los rojiblancos ante el Espanyol, puro vértigo en el triángulo a la izquierda que formó con Julián y Almada. Sin el almeriense, Simeone no tiene plan B. Se le ha caído el equipo como un castillo de naipes. Un equipo de nuevos que, sin apenas pretemporada, deben acoplarse al equipo, la ciudad, los esquemas, los compañeros. Algo que requiere una paciencia de la que el entrenador argentino ya no puede disponer. El mal inicio lo convierte en urgencias. La tranquilidad la dan los puntos, la pelota que entra, mientras se van acoplando las piezas.
Se fue Correa y no hay nadie en el banquillo como él. Se marchó Lino y su regate. Como De Paul, dejando un vacío en el centro del campo que no llena Cardoso, porque este último es un futbolista que ya necesitaba el Atlético antes de este verano. No era uno por uno, es uno para llenar la falta de dos. La carta de Simeone para cambiar los partidos desde el banquillo son Griezmann y Koke, ambos de calidad incuestionable pero con la gasolina justa, condicionada por los años. Los dos los más mayores de la plantilla, con 34 y 33 años. Los líderes desde el banquillo de un vestuario en construcción. Necesitado de caracteres nuevos que hagan saber lo que implica ponerse, jugar con la camiseta del Atlético. Un honor. Y una responsabilidad tremenda de la que penden muchas emociones y corazones en todo el mundo. Es llamativo que, siempre, partido a partido, vayan las cosas mal, bien o regular, siempre sea Oblak el que dé la cara.
Nahuel es un jugador a salir del equipo, que apenas ha jugado 15 minutos en la temporada, pero él no quiere. Otra posibilidad es la de Gallagher, pero solo lo haría si llegase una oferta de muchos millones que aún no ha llegado, aunque desde Inglaterra le piensan y quieren (y su marcha sería otro socavón para ese centro del campo ya mermada). Galán se ha convertido en el tercer lateral izquierdo después de que Simeone ante el Alavés en esa posición alineara a Hancko como titular por delante de Ruggeri, fichaje que no termina de convencer. Y hay poco más con el cartel de “puede”. Mientras el apremio de compensar la plantilla empuja.
Nico González, el deseado
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Los banquillos del Cholo han sido drama en estos tres primeros partidos, con cuatro laterales como únicos defensas (Nahuel, Galán, Ruggeri y un Pubill, por cierto, aún por estrenarse) y un centro del campo exiguo, con Koke y Gallagher, por ejemplo ante el Alavés, como únicos recambios. Así es difícil, así se hace casi imposible, aunque al Cholo, con lo que tiene, le debería haber bastado para ganar sus tres primeros enfrentamientos. Pero no lo ha hecho. Y le quedan dos días, 48 horas, para acelerar por Nico González, ese extremo de la Juve capaz de jugar en las dos bandas, que es el primero en la lista de deseos. Aunque puede haber sorpresas, como la que abrió en la cabeza del Cholo el ofrecimiento de Carrasco para volver. El tictac sigue. Agarrándose al cuello de un club que desde 2009 no vivía algo así: ni una victoria en los tres primeros partidos.
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