El derbi es un examen para Borja
En el Leganés – Getafe el entrenador pepinero afronta un test ante los malos resultados y las sensaciones irregulares de un equipo agitado por algunas decisiones. La propiedad mantiene su política de confianza.


El derbi del próximo domingo entre el Leganés y el Getafe (Estadio Municipal Butarque, 14:00, partido declarado de alto riesgo por Delegación de Gobierno) será un examen para el entrenador pepinero, un Borja Jiménez cuya figura se encuentra ahora en el punto de mira después de la mala racha de resultados blanquiazul. Porque el Lega apenas ha sumado 2 puntos de los últimos 15 posibles con un pobre balance goleador: tres goles a favor y nueve en contra. Sólo Valladolid (0 de 15) y Las Palmas (1 de 15) empeoran en estas últimas cinco jornadas este balance.
Cierto es que los blanquiazules no han pisado aún en toda la temporada los puestos de descenso, pero en las últimas fechas se han quedado al borde del abismo con los resultados de sus rivales directos jugando a su favor. También el cronómetro. El empate in extremis de Munir ante el Alavés (3-3 en el 89′) evitó que el Leganés se zambullera en el pozo. La derrota lo habría metido directamente en la zona de peligro.
Malas sensaciones, dudas en las decisiones
A los números se unen las sensaciones, alejadas de los bríos con los que el equipo comenzó 2025, incluido el triunfo ante el Atlético (1-0) o la resistencia en San Mamés (0-0). Tampoco ayudan a evitar el runrún algunas decisiones tomadas por el entrenador en estas últimas fechas.
Por ejemplo, a la hora de elaborar las alineaciones. El 81% de las titularidades en los últimos seis partidos oficiales lo han acaparado apenas once jugadores. Los otros once se reparten el otro 19% con tres jugadores, Roberto López, Chicco y Duk ausentes de estas alineaciones. Traducido: la plantilla de 22 jugadores del Leganés ha quedado reducida a una mínima expresión útil para un técnico que ha ido orillando a piezas clave para repetir que el grupo es corto.
En lo táctico han llamado la atención algunos giros recurrentes a la hora de elaborar once y posicionar a sus jugadores con resultados desiguales. Entre esas mutaciones, colocar a Dani Raba de falso ‘9′ en Mestalla con Miguel de extremo, insistir en Altimira como lateral zurdo para recalcar en la práctica que apenas cuenta con Javi Hernández o insistir en Tapia o Rosier como centrales pese a la presencia de Jorge Sáenz. El caso Juan Cruz también ha sorprendido, con alternancia entre el lateral y el extremo zurdo o su sustitución en Anoeta para buscar la remontada con 0-2.
Un vestuario pendiente
Este tipo de movimientos han suscitado alguna que otra cara larga en un vestuario unido para la búsqueda de la salvación, pero no tan convencido de que algunas de estas fórmulas hayan sido útiles para lograr los resultados esperados. Ya se vio algo parecido cuando, a finales de año, se repitió el modelo. Entonces fue Renato Tapia el encargado de ponerle verbo a las disensiones. Todo ello ha derivado en la inestabilidad de las últimas semanas y este examen. No es el primero.
El cierre de 2024 también se planteó como tal, solo que entonces, Borja Jiménez lo sacó con nota. El triunfo ante el Barça (0-1) y no haber caído en ninguna jornada en puestos de descenso cauterizó la alarma en esas fechas.
Pese a este panorama, la propiedad del club liderada por Jeff Luhnow mantiene su política de confianza en el entrenador, (ya sucedió con Idiakez en 2023) en una postura de contención en la distancia que podría seguir incluso en caso de derrota en el derbi. Está por ver qué sucedería si esa derrota fuera abultada y provocara un cataclismo social e institucional.
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