El nuevo Tchouameni es mucho
El francés demostró en Oviedo por qué Xabi lo considera “un pilar fundamental”. Fue líder en duelos e intercepciones y destacó en pases y recuperaciones.


De la abulia a la hiperactividad. Y bien canalizada. Tchouameni en su nueva y mejorada versión. La que mostró en Oviedo en todo su esplendor. Fue el francés quien abrió la puerta de la victoria en el Tartiere con su quirúrgico robo a Sibo. Una acción, en el repliegue, paradigmática de la nueva identidad de este Madrid de Xabi Alonso y del papel fundamental que el normando está adquiriendo en el funcionamiento del equipo. Este Tchouameni es mucho más Tchouameni.
Todo empezó en enero, con aquellos pitos del Bernabéu que le espolearon. Su evolución ha ido al alza. Desde entonces el versátil centrocampista ha dado un paso adelante. Eso con Ancelotti. Porque ahora con Xabi el salto que ha dado ha sido abismal. Tchouameni (25 años) se ha hecho el dueño del centro del campo del Madrid. Un seguro en defensa, un activador del ataque. De sus botas nació el 0-1 en el Tartiere. En una jugada que sirve para resumir el librillo de Xabi Alonso. Roba el balón el Oviedo, intenta el equipo carbayón montar la contra y todo el Madrid se activa rápidamente para recuperar el balón. Tchouameni no dejó que el esférico atravesara la divisoria.
Una misión, la de que el balón no llegara a la mitad visitante, en la que se empleó a fondo durante el partido: hizo 15 entradas en el último tercio del campo. “Intentamos recuperar el balón en el campo de nuestro oponente. Cuando recuperamos el balón ahí es un poco más fácil marcar goles; lo hemos hecho hoy [por el domingo]”, reconocía Aurélien tras el partido.

En el Tartiere Tchouameni fue el líder del Madrid en duelos, tanto en términos generales (9 ganados de 11 intentados) como particularmente en duelos aéreos (3 de 4). También encabezó las intercepciones de pases de los rivales (5). Fue, según Opta, el segundo jugador que más balones recuperó (6) para el equipo de Xabi Alonso, solo por detrás de Huijsen (7). Y fue el tercero tanto en intervenciones (90), como en pases (70 acertados de 75 intentados). Unos registros por encima de los números que venía promediando en sus dos últimas temporadas. Y otra prueba de la importancia que ha adquirido en el engranaje del juego del Madrid: nadie recibió más faltas que él (3). El Oviedo se vio obligado a frenar a Tchouameni para cortocircuitar al Madrid.

Xabi Alonso le catalogó a su llegada como “un pilar fundamental de la plantilla”. Y parafraseando al propio técnico tolosarra, este lo demuestra con hechos y no con promesas. El entrenador madridista no ha esperado para hacer rotaciones, pero Tchouameni es completamente ajeno a ellas. Y a cualquier descanso. El francés ha sido titular en los dos partidos de Liga y los dos los ha completado. Xabi solo se ha tomado la licencia de sacarlo del campo en el primer carrusel de cambios del amistoso frente al Tirol. Para dar a Alaba unos minutos que el austriaco necesitaba para coger ritmo.
Pero a la hora de la verdad, con los puntos para el campeonato en juego, la presencia de Aurélien en el once es innegociable. Inamovible. Tchouameni ya dejó en Innsbruck una muesca de su nueva cara con una asistencia a Mbappé. De una acción suya salió el primer gol del francés en el Tartiere. Una jugada que define al nuevo Tchouameni. Un jugador que es mucho más.
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