Se felicitaba Manolo González, minutos después de la impactante goleada protagonizada por el Espanyol en Vallecas, un 0-4 que pudo ser incluso más holgado, por el compromiso de su equipo. Y por el suyo propio. Ese “ellos se dejan la vida por que el Espanyol esté en Primera y yo me dejo la vida por ellos” resume perfectamente la reacción blanquiazul en la segunda vuelta y, cómo no, también pone la guinda a un partido (casi) perfecto. Los motivos son múltiples.

La piña sobre Pere Milla. Como si de una película de Christopher Nolan se tratara, en ocasiones conviene empezar por el final para entenderlo mejor todo. Ya estaba la victoria asegurada, la goleada era todo un hecho, cuando Pere Milla anotó el cuarto gol, al límite del tiempo reglamentario. Y la plantilla lo celebró a su alrededor como si fuera una diana definitiva en una final de Champions. No era una cuestión de soberbia. Al revés: era un reconocimiento. Hacia uno de esos jugadores que se dejan la piel aunque la suerte le sea esquiva. Ese vestuario al que Manolo tiene enchufado juegue o no juegue. Nadie queda atrás. Una gestión de grupo, en un Espanyol sin apenas recursos ni inversión, sin la cual la permanencia sería una quimera.

El 200 con premio de Cabrera. Reprobado en Segunda, aplaudido en Primera, tal es el paradójico destino de un Leandro Cabrera a quien cualquier encuesta entre el espanyolismo daría su renovación como resultado, ahora que está a punto de extinguirse su contrato. Pieza clave en el área propia con sus duelos y rechaces, no se le ocurrió al uruguayo mejor manera de celebrar sus 200 partidos oficiales con la camiseta blanquiazul (ya entre los extranjeros que más la han defendido) que anotando de cabeza el gol que abría el camino hacia una velada sensacional.

Puado da y regala. Otro que acaba contrato, y que reúne bastantes opciones de irse, es un capitán digno de serlo. Un Javi Puado que, con su tanto de penalti en Vallecas, ya suma diez goles, indiscutiblemente la mejor temporada de su carrera, en la que tenía el reto de quedar al descubierto sin otro delantero que le hiciera de escudero. Ni Raúl de Tomás, ni Joselu Mato, ni Martin Braithwaite. Más pendiente de defender que de atacar. Y exigido a salir al esprint para sacar petróleo arriba. No solo eso, sino que incluso le da tiempo a asistir, a regalar goles como el 0-2 de Roberto Fernández. En un club normal, el canterano debería estar ya más que blindado.

El ‘fichaje’ de Expósito. Con los parámetros de su recuperación en la mano, desde el vestuario deslizaban en el primer tramo de la temporada que Edu Expósito, aquejado en enero de 2024 de una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, se acabaría convirtiendo en un gran ‘fichaje de invierno’ para el Espanyol. Y el momento ha llegado. Recurrió a él Manolo en la segunda parte del partido ante el Atlético de Madrid, la jornada anterior, y el conjunto perico ofreció media hora de juego impecable, que desembocó en el gol del empate. Y le dio continuidad frente al Rayo Vallecano, igual que Antoniu Roca, para demostrar que su presencia en la medular, independientemente del sistema, dota al equipo de ese aire más controlador, sereno pero a la vez destructor en los metros finales que le venía faltando.

Efecto Urko y Roberto. Aunque, para fichajes de invierno, los que de verdad acometió el Espanyol el pasado enero. En paralelo a los errores consumados de Salvi Sánchez, Irvin Cardona o Naci Ünüvar, que cruzaron anticipadamente la puerta de salida, se hizo el director deportivo, Fran Garagarza, sin inversión (más que la de su parte de la ficha) con dos refuerzos del llamado rendimiento inmediato que no pueden haber caído más de pie. Lo de Roberto Fernández es evidente, con tres goles y un rol bregador, insaciable, en el ataque. Y el acierto con Urko González de Zárate no es tan visible, pero ha dotado al Espanyol de un equilibrio defensivo, de una seguridad y de un aporte al resto de mediocampistas que no suma, multiplica.

Joan, tan rutinario como extraordinario. Que lo del portero perico aparezca tan abajo en este listado es mérito suyo, aunque parezca contradictorio. Porque Joan García volvió a salvar a la escuadra una vez más, con paradiccwin247.como la estelar intervención a chut de Jorge de Frutos en el arranque de la reanudación, cuando con 0-2 en el marcador más apretaba el Rayo para acercarse. Y porque, de los diez partidos de la primera vuelta, tres los ha acabado imbatido y en solo dos ha recibido más de un gol: Anoeta y el polémico 2-1 en Son Moix. Y es precisamente eso lo que normaliza lo extraordinario, ya que no hay día en que el de Sallent no se luzca, no deslumbre. Habrá que disfrutarlo mientras sea posible.

El intervencionismo de Manolo. Lo de Expósito es un ejemplo, porque venía de un Espanyol-Atleti en que el técnico corrigió con su entrada el cambio previo de Alejo Véliz por Pol Lozano, y no titubeó al considerarlo un error propio. Pero Manolo González ya no solo está dando la tecla en los planteamientos iniciales, exprimiendo al máximo los recursos de un plantel con carencias, sino que su intervencionismo con el banquillo está dando también puntos. Igual que contra el Atlético, en Vallecas su decisión de dar entrada a Fernando Calero para contrarrestar con un 5-3-2 el 3-5-2 del Mallorca en la segunda mitad volvió a inclinar el terreno de juego a favor del Espanyol, que no solo aguantó el 0-2 sino que lo acabó duplicando.

Un respiro que es una bocanada de aire. En definitiva, en el arranque de un mes de abril en que el Espanyol va a ser el equipo de Primera con más partidos a domicilio, cuatro -y a sabiendas de que partía con solo cinco puntos en las 13 salidas anteriores-, la goleada de Vallecas, por el fondo y la forma, confiere al equipo un oxígeno increíble para afrontar el objetivo único e imprescindible de la permanencia. Porque traspasan los pericos la barrera psicológica de los 30 puntos, hasta alcanzar los 32, cuando todavía le restan nueve jornadas por disputar (tiene el domingo 27 el partido aplazado contra el Villarreal), se liberan definitivamente del estigma del mal visitante y, aunque los rivales directos aprietan, se acercan poco a poco a los aproximadamente 40 ó 42 puntos que asegurarán seguir un año más en Primera.

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