Fallece Riera, mito del Espanyol, puerta 62 de Cornellà y receptor del (no) puñetazo más célebre
Miembro del equipo de los Cinco Delfines y capitán blanquiazul en la década de los 60, su nieta Noa le dedicó un hermoso artículo en AS el pasado mes de abril. Descanse en paz.
El azar encierra trágicas coincidencias. Como que Julián Riera, el trigesimocuarto futbolista con más partidos oficiales en la historia del Espanyol, uno más que Dani Jarque, haya fallecido el mismo día que el eterno ‘21’, solo que con 16 años de diferencia. Y ambos fueron capitanes. Uno, entre Montjuïc y la inauguración de Cornellà-El Prat. El otro, en Sarrià, entre 1961 y 1970, integrante del equipo de los Cinco Delfines, y a quien su nieta Noa Riera homenajeó con una hermosa conversación publicada por AS el pasado mes de abril.
Sobrio, inteligente, contundente y líder desde su posición de lateral izquierdo, y eventualmente central, Riera creció igual que Jarque en la cantera del club blanquiazul, y fue internacional en categorías inferiores, si bien antes de explotar en Primera actuó cedido en el Terrassa y el Sabadell. Y acabó su carrera entre el Sant Andreu y el Mataró. El propietario de la Puerta 62 del RCDE Stadium será recordado para siempre como el receptor del puñetazo más famoso del fútbol español, que en realidad no lo fue, porque lo esquivó.
Se trata de la célebre imagen captada en el Espanyol-Real Madrid disputado en Sarrià la víspera de Reyes, el 5 de enero, de 1969. A los diez minutos de la segunda mitad, y en un ambiente ya caldeado, el madridista José Luis Martínez Peinado parecía asestarle un zurdazo en la cara que, sin embargo, no llegó a impactarle porque supo reaccionar Riera a tiempo.
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Como capitán ejemplar y símbolo de una generación que dejó una huella imborrable, su familia anima a realizarle pequeños homenajes en su memoria. Su velatorio estará abierto desde las 17:00 en el Tanatorio de Sant Andreu (Barcelona), este viernes, y la ceremonia se oficiará este sábado a las 12:30 en el mismo lugar. Desde AS nos unimos al dolor de su nieta Noa, de su hijo, el exdirector de proyectos internacionales del Espanyol, Óscar Riera, y de todos sus allegados. Tenía 84 años. Descanse en paz, Julián Riera.
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