Fermín, un difícil encaje

Flamante campeón de la Eurocopa y oro olímpico en el Parque de los Príncipes, disfrutando y apurando los últimos sorbos de un 2024 inolvidable, Fermín vive un primer tercio de temporada algo paradójico en el Barça. En Europa es un rayo cada vez que juega. Sus asistencias contra el Bayern allanaron la primera gran victoria azulgrana en la Champions este curso. El andaluz le marcó al Estrella Roja; y el miércoles fue decisivo en Dortmund. Salió y, pese a no jugar en su puesto ideal, apareció en el área para hacer el remate previo al 1-2 de Ferran. Por resumir, un gol y dos asistencias en 190 minutos.

Esos espectaculares números europeos contrastan con sus apariciones en la Liga. Ha jugado poco. Apenas 304 minutos. Y, además, sin fortuna. Titular en el Bernabéu como premio a su partido ante el Bayern, Flick lo cambió al descanso por De Jong y el partido varió del 0-0 al 0-4. No estaba fino. Los otros dos partidos en los que salió en el once (Real Sociedad y Las Palmas) terminaron en derrota en el Barça. Obviamente, él no fue el responsable, pero sí estuvo más ansioso y menos liberado que en Europa. Tiene competencia en su posición: Olmo, Raphinha, Gavi, De Jong, Pedri... No es una temporada fácil de gestionar. Claro que peor estaba hace apenas un par de años, cuando se fue a Linares a buscarse la vida porque no tenía oportunidades en el Barça Atlètic. Ahora es un jugador tasado en 50 millones de euros y que se ha demostrado capaz de cualquier cosa.

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