Real Madrid

Hubo un Reinier antes de Reinier

Rodrigo Fabri, al igual que el exjugador del Flamengo, nunca debutó en el primer equipo del Real Madrid y pasó por varios clubes cedido sin consolidarse.

Rodrigo Fabri en su presentación como jugador del Real Madrid.
Mario Aguilar
Mario Aguilar Delgado es periodista en la sección del Real Madrid de AS desde julio de 2025. Mientras estudia Periodismo, colabora con varios blogs de fútbol, cubriendo la actualidad de clubes como el Getafe, Leganés o, incluso, de la Selección. Desde abril de 2023 'hace sus pinitos' en InfoRadio UCM, la radio de la Universidad Complutense.
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Antes de Reinier, hubo un Rodrigo Fabri. En el vasto archivo de promesas sudamericanas que cruzaron el Atlántico con el sueño de triunfar en Europa, pocas historias resuenan con la melancolía del “y si…” como la de Rodrigo Fabri. Su nombre puede haberse desvanecido en la memoria de los aficionados del Real Madrid, eclipsado por generaciones posteriores de fichajes estelares, pero su paso por el club blanco -o más precisamente, su ausencia en él- ofrece un antecedente casi profético del caso que vive hoy el joven Reinier Jesus, quien todavía no ha debutado con el primer equipo blanco.

Brasil ha sido durante décadas una cantera inagotable de talento para el fútbol europeo. Jugadores con condiciones técnicas excepcionales, visión de juego y una creatividad innata que, en muchos casos, han marcado época en clubes del Viejo Continente. Sin embargo, por cada Ronaldo o Vinicius, también hay historias menos gloriosas, como la de Fabri. Mediapunta zurdo, hábil, técnico y con capacidad de gol, fue adquirido por el Real Madrid en 1998 procedente del Portuguesa por cerca de 10 millones de dólares, tras varias temporadas destacando en su país y con participación en la selección brasileña. Tenía 22 años y un futuro prometedor. Pero lo que parecía el inicio de una brillante carrera en Europa terminó convirtiéndose en un viaje de cesiones, dudas e invisibilidad institucional.

Hubo un Reinier antes de Reinier
Rodrigo Fabri con la camiseta del Real Madrid en 1998-1999.

Un jugador que jamás llegó a disputar un solo minuto oficial con la camiseta del primer equipo merengue. Fue cedido de inmediato al Flamengo, y luego, tras un periplo que incluyó etapas en el Santos, Real Valladolid, Sporting de Lisboa y Gremio -donde fue el máximo goleador del equipo en aquella edición del Brasileirão-, su vínculo con el Real Madrid se fue diluyendo sin que nunca se le ofreciera una verdadera oportunidad para demostrar su valía en el Santiago Bernabéu.

En 2003, el club blanco decidió desprenderse de él de manera definitiva, vendiéndolo al Atlético de Madrid por tres millones de euros. Apenas una temporada después de su llegada a la entidad rojiblanca, Fabri regresó a Brasil, donde continuó su carrera sin llegar a cumplir las altas expectativas que alguna vez se depositaron en su talento.

Los paralelismos con la historia de Reinier Jesus, más de dos décadas después, son inevitables de trazar. También brasileño. También mediapunta. También fichado con grandes expectativas tras un destacado rendimiento en su país. El de Brasilia llegó al Real Madrid en 2020 por una cifra cercana a los 30 millones de euros. Pero, al igual que Fabri, nunca ha tenido participación con el primer equipo. Su trayectoria se ha limitado a cesiones en el Borussia Dortmund -durante dos temporadas-, Girona, Frosinone y Granada, donde su protagonismo ha sido intermitente y su impacto, escaso. En total, ha disputado menos de 4.000 minutos y ha convertido apenas siete goles en las últimas cinco temporadas. A día de hoy, se encuentra en un callejón sin salida y, si no encuentra equipo en este mercado de fichajes, la entidad de Chamartín se plantearía rescindirle el contrato.

Observando ambos casos, lejos de ser hechos aislados, se evidencia una política de fichajes que, aunque enfocada en captar talento joven con proyección de futuro, a menudo se ve atrapada entre la exigencia inmediata del club y la falta de espacio para la formación real de estos jugadores. En un equipo como el Real Madrid, donde cada partido es una final y cada puesto está ocupado por estrellas consolidadas, hay poco margen para apostar por la paciencia.

Sopesada con detenimiento, la comparación entre Fabri -que años después declaró que su fichaje por el Real Madrid fue una mala elección- y Reinier no solo resulta justa, sino también reveladora. Deja en evidencia que, pese al paso del tiempo, el modelo apenas ha cambiado: grandes promesas que aterrizan con estruendo y se marchan en silencio. El fútbol, como la historia, tiende a repetirse, y en Valdebebas ya hubo un Reinier antes de Reinier.

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