La oportunidad de Pablo Campos

Con el adiós de Andrés Fernández, Pablo Cuñat Campos (Valencia, 2002) se asoma por fin a la portería del Levante que lleva tiempo persiguiendo. El internacional Sub-21 encara un verano clave, respaldado por sus actuaciones en sus cesiones en Amorebieta y Cartagena.

Tras formar parte del combinado nacional que disputó la Eurocopa de Eslovaquia, cayendo en cuartos de final frente a la campeona del torneo, Inglaterra, Pablo se incorporó desde el primer día a la pretemporada. Mientras otros compañeros de la selección prolongaban sus vacaciones, el portero quiso ponerse en cuanto antes a las órdenes de Julián Calero para abrirse un hueco en el equipo.

El levantinista tan solo disputó un partido en el Europeo, cuajando una notable actuación en el último encuentro de la fase de grupos frente a Italia (1-1), quedando por detrás del atlético Iturbe en los planes de Santi Denia.

Pablo hizo las maletas el 21 de junio y el 7 de julio ya estaba trabajando en la Ciudad Deportiva de Buñol para competir con Alfonso Pastor, Dani Martín y Álex Primo por un puesto, mientras el cuerpo técnico y la dirección deportiva testan el nivel de sus porteros con un ojo puesto en el mercado.

A sus 23 años, y con 61 partidos de experiencia en Segunda División, siendo el portero que más paradas realizó la temporada pasada en la categoría de plata, Calero no dudó en darle galones de titular y darle el número 1 en su espalda en el primer partido de pretemporada. Señal de que Pablo Campos está ante su oportunidad de asentarse definitivamente en la portería del Levante.

Pendiente de su futuro

La disyuntiva con el jugador reside en que, mientras se le abre espacio a nivel deportivo para probarse en la élite, también se tiene que abordar próximamente su futuro. Su contrato finaliza en 2026, después de que el Levante hiciese efectiva la prórroga de su contrato hace dos años tras brillar en su primera cesión en el Amorebieta, y ambas partes deben sentarse para plasmar en una nueva firma los planes de futuro que tenía planeado el club con él.

Así, después de años de maletas, paradas y mucho trabajo, Pablo Campos tiene ante sí la oportunidad de asentarse en el primer equipo y estrenarse en la élite. Mientras desde la dirección deportiva se otea el mercado de porteros, Pablo comienza el verano con galones.

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