Rashford, ante la maldición inglesa
El atacante tiene el reto de ser uno de los pocos británicos que brillen en España. Bellingham, Greenwood y Trippier se salvan de una lista con Woodgate, Pennant y Patrick Roberts.
Los clubes de La Liga acostumbran a fichar a pocos jugadores de Inglaterra. La falta de adaptación a España, el idioma, la comida y el rendimiento deportivo son algunos de los motivos de una larga lista de futbolistas procedentes de las islas que no dieron la nota. Marcus Rashford, el último que se unirá a la lista, tratará de romper la maldición de un camino históricamente complicado para los ingleses.
El semáforo deportivo se tiñe de rojo con Jonathan Woodgate. El Real Madrid fichó al central por 18 millones de euros en el verano de 2004 por cuatro temporadas y su presencia en Concha Espina no pudo ser peor. Debutó con un gol en propia puerta y fue expulsado por doble amarilla. Las constantes lesiones le impidieron tener continuidad. En su primer y único año como blanco jugó 11 partidos antes de salir cedido al Middlesbrough. El Boro lo fichó y el Madrid recuperó la mitad de su fichaje.
Más reciente es el caso de Patrick Roberts. El Girona incorporó en calidad de cedido al de Kingston-upon-Thames en 2018 bajo el abrigo del City Group. Una asistencia en 21 partidos dejaron un agrio sabor de boca en el equipo rojiblanco. Mismo estilo y muchas más polémicas fuera del campo dejó Jermaine Pennant en Zaragoza. El propio jugador, que ya fue condenado por conducir ebrio en Liverpool y provocar un accidente, dio más que hablar por las noches de fiesta que lo que hizo sobre el verde de La Romareda: dos asistencias en 26 partidos.
Otros futbolistas que pasaron con más pena que gloria son Stan Collymore con el Oviedo, Peter Barnes en el Betis y Charlie I’Anson en el Elche. Un punto por encima está todo un Balón de Oro como Michael Owen en el Real Madrid. El delantero de Chester participó en 20 goles (marcó 16 y dio cuatro asistencias) en 45 partidos antes de volver a las islas por el doble que pagó el Madrid.
En la lista ámbar aparece el primer británico de la casa blanca: Laurie Cunningham. El también futbolista del Sporting tuvo, al igual que Gary Lineker en Barcelona, Vinny Samways en Las Palmas, Michael Robinson en Osasuna y Steve McManaman en el Madrid, un rendimiento cercano al esperado.
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Las excepciones que confirman la regla no escrita la forman Jude Bellingham, formado en Inglaterra pero desde los 17 años en el Borussia Dortmund antes de jugar en el Madrid; un campeón de Liga rojiblanco como Kieran Trippier, el galáctico de la diestra de oro David Beckham y el renacer en Getafe de Mason Greenwood. Rashford tiene por delante ser ángel o volver a ser diablo.
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