Resucitan las dudas con Xavi

Diez días después de escenificar su continuidad hasta junio de 2025 en un acto que dejó un regusto muy frío, Xavi volvió a quedar muy tocado por el 4-2 de Girona. El Barça desciende a la tercera posición y queda a catorce puntos del Real Madrid, lo que confirma una temporada nefasta en la que ya se habían esfumado los otros objetivos (Champions, Copa, Supercopa); y en la que ahora está incluso en peligro el segundo puesto que da acceso a la Supercopa de España, que se jugará en enero en Arabia Saudí. Después del desastre de quedar fuera del Mundial de Clubes, lo que supone dejar de ingresar, al menos, 50 millones de euros por derrotas sin sentido como la de Amberes o Hamburgo (ante el Shakhtar), ahora podría perder otro puñado de millones si no cumple un objetivo muy de mínimos, que es quedar segundo en Liga.

El escenario es muy extraño. Xavi ha evolucionado de plantearse un “reset” a principios de enero como eufemismo de renuncia si no se ganaban títulos; a anunciar directamente su adiós el 27 de enero. Sin que se cumpliese ninguno de esos objetivos, sin embargo, comunicó su continuidad el 24 de abril después de dos reuniones relámpago. Una, con Deco. La segunda, en la casa de Laporta. “Quería escuchar a Xavi y me ha convencido”, dijo el presidente, que ayer se marchó de Montilivi con cara de pocos amigos. Enric Masip, adjunto a la presidencia, admitió que hubo dudas en la comisión deportiva pese a la toma de decisión final. Lo lógico es pensar que continúen.

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