Terrats, el socio 6.031 del Espanyol, ante su sueño desde que nació
Ha tardado, tras pasar por Europa, Damm, Sant Andreu y Girona en etapa formativa, pero el mediocentro, de estirpe perica centenaria, está muy cerca de recalar traspasado en su club.
Hay que remontarse a 1918, cuando LaLiga ni siquiera era un esbozo de competición, para encontrar las raíces pericas del que con bastante probabilidad va a convertirse en la novena incorporación del Espanyol para la próxima temporada: Ramon Terrats. Su bisabuelo, Lluís Planell, se enrolaba hace más de un siglo en la sección de atletismo. Su tío José Luis le hizo socio a las horas de nacer: el carnet 6.031 tenía este último curso. Y su padre, Juan, es toda una institución del periodismo espanyolista. Pero él, salvo en unos entrenamientos de cadete, nunca ha vestido la camiseta blanquiazul. Un agravio de pronta solución: la semana entrante.
Aquel lateral zurdo que se apuntó al Europa, a unos pocos metros de su casa, con la esperanza algún día de llegar al Espanyol de sus amores, verá recompensada su insistencia a los 24 años, con la idea no de una cesión sino de un traspaso directo, como avanzó AS, con la posibilidad de que el Villarreal -con el que la sintonía es muy cordial- mantenga un porcentaje sobre una futurible venta. Ya como central, Walter Pandiani fue de juvenil y en el Nou Sardenya su primera gran conexión perica. Y el siguiente, cuando dio el salto a la Damm, un Martín Posse que aconsejó su fichaje al Espanyol, tan repetidamente como sin éxito.
Así que Terrats, reconvertido en un magnífico mediocentro, completó su formación en el Sant Andreu de Mikel Azparren -que posteriormente pasaría por los despachos del fútbol base perico- y el Girona B, hasta que Francisco Rodríguez le dio la alternativa con el primer equipo, en Segunda. Su segundo partido profesional, cosas de la vida, lo jugó el 20 de noviembre de 2020 en el RCDE Stadium, ante su Espanyol, pero sin público, por culpa de la pandemia.
Por suerte, pudo cobrarse nuevas oportunidades para actuar ante su familia, envuelto en su gente, dos temporadas más tarde con el propio Girona y en Primera, y el pasado curso no una sino dos veces: primero con el Villarreal, que lo fichó en el verano de 2023, y el pasado abril, con el Getafe, al que llegó cedido en el mercado de invierno, cuando el espanyolismo se rasgaba las vestiduras por no haberse hecho con sus servicios.
En aquella visita como ‘groguet’, el 26 de septiembre del año pasado, Terrats colgó una foto en las redes sociales que, sin ir acompañada de ningún texto ni emoticonos, lo decía todo: era él caminando hacia el césped por el túnel de vestuarios del RCDE Stadium. Una senda que, si todo sale según lo previsto, recorrerá en multitud de ocasiones a partir del próximo mes de agosto. Y sus allegados, que en realidad son tantos miles de pericos que anhelaban su fichaje, lo podrán ver desde muy cerca.
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