El sistema y la posición de Yeremay, primer debate en el Depor
La defensa de cinco no termina de cuajar y el canario no es el mismo cuando se le aparta de la banda izquierda. El poder de reacción de Hidalgo y los cambios, puntos positivos a destacar.


El Deportivo está invicto después de tres jornadas y suma cinco puntos en su casillero, pero las sensaciones del equipo en los dos últimos partidos están dejando bastante que desear. Ante el Burgos el gran problema fue la escasa capacidad para generar peligro al rival, un dato que preocupa más al jugarse en Riazor. Este lunes en Butarque los coruñeses dejaron una pésima imagen defensiva en la primera hora de un partido que ya perdían a los 15 segundos. Aunque todavía es muy pronto, esta debilidad sorprende porque Hidalgo siempre ha construido equipos sólidos muy difíciles de batir.
El técnico blanquiazul, que defendió su apuesta tras el partido, está utilizando una defensa de cinco, con un extremo de carrilero derecho (Luismi Cruz y Mella). El equipo no le ha cogido la manija a la hora de construir, de llevar el balón con fluidez a una línea de ataque que es, posiblemente, la más potente de Segunda. A esto ha añadido la fragilidad de su defensa, que ante el Leganés mostró falta de concentración, sufrió con el juego directo y no se mostró contundente en el balón parado. La estrategia ofensiva no funciona todavía, pero eso es mucho más normal a estas alturas de competición.
Esta apuesta cerrada por el sistema de tres centrales lleva a que algunos jugadores actúen fuera de sus habituales demarcaciones. El caso más extremo fue el de Mella, que se pasó todo el primer tiempo como un lateral derecho puro cerrando las cabalgadas de Duk. Cuando se pudo asomar al ataque, filtró un pase de gol a Yeremay que el canario no aprovechó. En el segundo tiempo, con el 2-0 en el marcador, pasó a jugar de extremo izquierdo, su antigua demarcación, para dejar la asistencia de gol en el tanto de Mulattieri.
Más significativo y preocupante es el rendimiento de Yeremay, muy alejado del de la temporada pasada. Hidalgo ha adelantado y centrado su posición en el campo, dándole también más libertad para moverse por todo el frente de ataque. Por ahora el experimento no está funcionando y las luces que aparecen en el juego del canario es cuando cae a la banda derecha, zona en la que se encuentra más cómodo y donde muestra sus verdaderas y excepcionales cualidades. Con todo, el ‘10’ tuvo sangre fría en el penalti del 2-2 y participó en la jugada del gol de Mulattieri. Sin embargo, no está cómodo con demuestran las tarjetas. Lleva dos amarillas en tres jornadas, las mismas que todo el año pasado junto. La celebración con rabia del gol de penalti fue otra pista más.
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Si el debate sobre el esquema y posiciones de varios jugadores está sobre la mesa, Hidalgo también demostró sus recursos y se un técnico alejado de un inmovilismo dogmático. El preparador deportivista hizo una triple sustitución al descanso, varió el sistema para pasar a jugar con defensa de cuatro y posteriormente la media con la entrada de Patiño. También volvió a demostrar su gusto por exprimir la plantilla y al igual que las dos primeras jornadas, realizó los cinco cambios. La siguiente respuesta a las ideas de Hidalgo llegarán el sábado con la visita del Sporting a Riazor.
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