El plan B del Leganés pide paso

El empate a cero entre el Leganés y el Tenerife del pasado viernes (cuarto empate a cero consecutivo de los pepineros) sirvió para que el banquillo blanquiazul reclamara con hechos más presencia dentro de un once que, como viene siendo habitual a lo largo de toda la temporada, apenas sufre rotaciones. Y las que se producen, suelen tener el mismo recorrido: afianzarse hasta convertirse en mutaciones fijas de un equipo recitable de carrerilla.

En las últimas seis jornadas la alineación pepinera ha estado conformada por la misma base de 12 jugadores a los que se han ido añadiendo variantes a causas de lesiones o sanciones. A saber: Diego Conde, Juan Cruz, Nyom, Jorge Sáenz, Sergio González, Franquesa, Neyou, Undabarrena, Portillo, Raba, Miguel de la Fuente y Diego García.

A ellos se les han unido Arambarri, Brasanac, Cissé y Chicco, pero en estos cuatro casos, para cubrir ausencias puntuales. Solo Brasanac, ante el Villarreal B, repitió titularidad pese a la recuperación de Neyou, al que había sustituido una jornada antes frente al Mirandés. La presencia, sin embargo, de Arambarri, Cissé y Chicco fue puntual. Tras cumplir en el once, volvieron al banquillo.

Cambios para reaccionar

Frente al Tenerife, el Leganés jugó con la misma alineación que había empatado a cero frente al Espanyol con el único cambio del mismo Brasanac por Undabarrena. El resto repitió con respecto al 0-0 frente a los pericos y dibujo una primera parte insuficiente, como la definió su entrenador, Borja Jiménez.

“Sí, creo que hemos hecho 60 minutos más o menos malos. Hemos sido un poco lo que hemos sido nosotros con la entrada de Miramón y de Chicco”, afirmó el abulense, quien precisamente puso parte de mérito en los cambios. Las primeras sustituciones no se produjeron hasta la hora de partido, llegado el minuto 61 de encuetro.

Cuatro fueron los hombres que entraron de refresco y que demostraron, con su despliegue, que podrían tener oportunidades en las últimas seis jornadas del campeonato. Los citados Miramón y Chicco, además, de Miguel de la Fuente y Djouara.

Soluciones en la recámara

El primero, Miramón, oxigenó la banda derecha del Leganés, que empezó a contar desde su entrada con más vigor defensivo y presencia en la zona ofensiva. Era su primer partido desde que se lesionara frente al Amorebieta el 11 de marzo. Chicco potenció el centro del campo con más amplitud de presencia y minimizó los errores en la salida del balón que si cometió un Brasanac gris en la isla, especialmente justo antes de su sustitución. Su relevo ya venía de hacer una buena actuación como titular (y de central, un puesto que no es el suyo) frente al Huesca.

De la Fuente (que entró en el primer cambio con Miramón) y Djouahra (en el segundo, junto a Chicco) dinamizaron el ataque blanquiazul. Miguel ejerció en la posición de ‘9′, pero con tendencia a escorarse a la derecha, por donde percutió con continuidad hasta propiciar alguna de las llegadas al área más peligrosas del partido. Una de ellas, un remate de Franquesa que pudo ser gol, y que de haber entrado, habría necesitado de revisión VAR. Inicialmente se pitó que la pelota había salido por línea de fondo.

El segundo, Djouahra se movió con libertad en el frente de ataque, y tuvo llegadas, tanto con remates lejanos, como con un cabezazo que representó quizá la ocasión más clara del encuentro. Su presencia y su papel sirven para demostrar que es pieza valiosa en la plantilla y, seguramente, para reactivarse en cuanto a autoconfianza, visto que, desde la derrota ante el Racing (24 de febrero) no ha pasado de jugar minutos sueltos. En total, 75′ en las últimas siete jornadas.

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