El Deportivo no encuentra las porterías de Riazor
Ante el Levante remató 26 veces, récord de la temporada, pero sólo cuatro fueron entre palos. Únicamente ante el Castellón marcó más de un gol.


Todas las miradas se dirigieron a Helton el sábado, cuando el Deportivo sumaba una nueva decepción en Riazor ante el Levante. Y aunque la mala tarde del brasileño y de Pablo Vázquez fueron el peso que terminó de decantar la balanza, fue otro problema más recurrente todavía el que mantenía al equipo blanquiazul lejos de encarrilar un partido que tenía controlado.
Porque sí, el Depor estaba cómodo ante un Levante que, como el Burgos, tenía bastante con vigilar a la nueva línea de tres blanquiazul formada por Yeremay, Soriano y Mella. Pero Gilsanz, como tampoco pudo antes Idiakez, no ha encontrado aún la fórmula para que los suyos traduzcan el dominio y las llegadas en goles. Al menos no con la eficiencia que debería.
El culmen de esa falta de colmillo se produjo el sábado ante los granotas. Y no es que el listón estuviera bajo. El Depor batió su récord de más remates en un partido en casa esta temporada superando los 22 del día del Eldense hasta elevar el techo a 26. La puntería fue similar, ya que si frente a los alicantinos únicamente 6 habían ido dirigidos a portería, contra los levantinistas apenas 4 fueron entre los tres palos.

El propio técnico tiene claro que la inspiración resulta un factor clave: “Trabajamos todas las semanas las situaciones de profundidad en último tercio. Cuando llegas, tener la claridad para generar esa finalización, ese disparo en mejores condiciones. Trabajamos siempre, buscando sobre todo situaciones que se van a dar en el partido por la estructura del rival, la nuestra… esa es la parte del cuerpo técnico. Luego hay una parte de acierto que depende muchos factores. Confianza, cualidades… hay jugadores que definen mejor si atacan con mucho espacio, otros si se centra mucho… En el último tercio, por la velocidad a la que se hacen las cosas, es más difícil tener esa precisión. Hablando del partido del otro día, el equipo estuvo muy bien, pero nos faltó un poco de acierto. No sólo en el remate, porque tampoco fueron muchas ocasiones tan claras, pero sí en último pase, en la última acción. Sí es cierto que tenemos un equipo muy joven, es muy valorable porque estamos jugando partido tras partidos con una media de edad muy baja y el camino nos lleva a una mejora constante en ese aspecto".
Sin veneno
Lo más preocupante es que esta situación no se trata de un mal día. Un partido con falta de acierto puntual. Es la rutina del cuadro herculino cuando juega en Riazor, donde ha disparado 169 veces en 12 partidos para encontrar el arco rival sólo en 40 ocasiones. Un promedio que supera los 14 remates por partido para que poco más de 3 vayan bien dirigidos. Por ponerlo en perspectiva, los equipos que visitan el estadio coruñés también han probado a Germán y Helton 40 veces, pero para ello han necesitado 59 remates menos.
Es así como los números ofensivos del Deportivo en su casa son preocupantes. Porque si bien los números gruesos arrojan 12 goles en 12 partidos, la realidad es que cinco de esos tantos se lograron en la victoria ante el Catellón (5-1), lo que deja un parcial de 7 dianas en las otras 11 jornadas, en las que nunca logró marcar más de un gol.
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