El último servicio de ‘El gran capitán’
Se cumplen 30 años del día que Toño Hernández se despedía de la camiseta del Tenerife, esa que defendió en 385 ocasiones durante sus 13 temporadas de estancia en el club.


Antonio Martín Hernández Hernández puede haber muchos, pero 'Toño, el Gran Capitán’ solo uno. No solo fue un futbolista grancanario que vistió la camiseta del Tenerife, sino que fue uno de los referentes para varias generaciones de aficionados y uno de los históricos del club en el que jugó por última vez hace justo 30 años.
Tras una difícil temporada personal ya que Vicente Cantatore no le tuvo nunca en sus planes, el defensa jugó los últimos minutos de la derrota del Tenerife ante el Compostela en San Lázaro tal día como hoy, un 18 de junio, pero de 1995. Ingresó por Aguilera para disputar su partido 385 como blanquiazul y despedirse de la que fue su casa durante 13 temporadas.
De momento, solo otro paisano suyo -Alberto Molina-, le supera en número de presencias sobre el verde lo que magnifica aún más su aportación en la entidad. Toño jugó desde Segunda B hasta Primera siendo parte importante de momentos históricos de la entidad como el regreso a la élite a finales de los noventa o la primera participación en la Copa de la UEFA.
Llegó en 1982, cuando el club militaba en la categoría de Bronce del fútbol nacional. Debutó a finales de ese año en la victoria por 1-3 ante la Cultural Leonesa de la mano de José Ramón Fuertes. Aunque solo jugó 5 partidos, fue partícipe de aquel ascenso a Segunda División.
En la campaña siguiente apenas disputó 33 minutos, pero a partir del curso 1984/85 ya fue uno de los habituales y no bajó de las 30 presencias por campeonato durante casi una década. Empezaba como suplente y terminaba siendo titular indiscutido. El primero de los 24 goles que consiguió se lo hizo al Calvo Sotelo y el último al Cádiz, ya en Primera División.
La web del del Tenerife, en el apartado ‘Figuras blanquiazules’ le describe como un defensa “técnicamente correcto, aplicado a la marca, rápido, resistente, que jugaba con un alto grado de concentración, conocía el oficio, dominaba el juego aéreo en ambas áreas, poseía un buen disparo y un notable remate de cabeza”.
Tras jugar su último partido como tinerfeñista, finalizó su carrera en el Granada antes de regresar a la entidad insular para formar parte de diferentes organigramas: fue entrenador en la base, delegado del primer equipo, ayudante de José Luis Oltra, adjunto en la secretaría técnica y esta temporada pasada solía ser el jefe de la delegación en los desplazamientos.
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