Luis García respira tranquilo: Mika Mármol se queda
Las Palmas temía un clausulazo de última hora por uno de los indiscutibles del entrenador. El Barcelona se queda sin el pellizco que le correspondía.


Tampoco es que Las Palmas tuviera demasiados deberes pendientes ayer, cuando se cerró en España el mercado estival de 2025. Con 11 fichajes dados de alta (Adri Suárez, Adam Arvelo, Lorenzo Amatucci, Edward Cedeño, Sergio Barcia, Jeremía Recoba, Jonathan Viera, Jesé Rodríguez, Cristian Gutiérrez, Milos Luković y José Antonio Caro) y todas las fichas profesionales ocupadas, había que resolver la marcha de Sory Kaba, que de momento sigue en el club.
Otra salida que preocupaba y mucho era la de Mika Mármol, que tampoco se movió. Resulta que el club temía un clausulazo de última hora por el central criado en el Barça, que afronta la última de las tres temporadas del contrato que firmó en 2023. Se queda, de momento, hasta el mercado de invierno. Y salvo sorpresa mayúscula, toda la temporada.
Luis García respira aliviado. Y de qué manera. “Es un futbolista diferencial en esta categoría”, dijo en una entrevista reciente con Diario AS el entrenador de Las Palmas, que no concibe si defensa sin él. De hecho, es uno de los tres futbolistas de su equipo, junto a Sergio Barcia y Dinko Horkas, que han estado presentes en los 270 minutos ligueros disputados hasta la fecha.
Sea como fuere, la estancia de Mika Mármol en Las Palmas tiene fecha de caducidad. Resulta que acaba contrato el 30/06/2026 y su renovación, a día de hoy, es imposible. De hecho, en el club se asumía que este verano era la última oportunidad de sacar tajada por él y que no había posibilidad de continuar el vínculo más allá de la primera fecha estipulada.
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Era un pellizco que, en cualquier caso, tenía que ser compartido con el Barça tras el acuerdo entre ambos clubes de hace dos veranos, firmando ambas partes un acuerdo para repartirse partes iguales lo que ingresara Las Palmas por Mármol. Su cláusula de rescisión es de 10 millones de euros y la entidad insular anunció, por activa y por pasiva, que no perdonaría ni un euro de sus 5 millones. Las ofertas se desecharon y ya no hay posibilidad de venta. El futbolista cumplirá el año que le queda de contrato con la camiseta amarilla y después continuará jugando, gratis, en otro lugar.
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