PARÍS 2024 | PIRAGÜISMO

Cooper: “La RAE no puede definir lo que es ser abanderado”

El piragüista de 29 años, oro en Río (K1 1.000) y plata en Tokio (K4 500) liderará a España junto a Támara Echegoyen en la apertura.

Marcus Cooper, con los aros en la piel.
CHEMA DIAZ | DiarioAS
Jesús Mínguez
Nació en Guadalajara en 1973. Licenciado en Periodismo por la Complutense. En AS desde el año 2000, es redactor jefe de Más Deporte. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos y unos Paralímpicos, Grand Slams de tenis, Davis, Laureus, candidaturas olímpicas, política, dopaje o grandes combates de boxeo. Le gusta escribir de deporte y también practicarlo.
París Actualizado a

Marcus Cooper Walz, el chico con pinta de guiri, rubísimo y con ojos azules que con 21 años fue campeón olímpico de K1 1.000 en Río ha crecido. Mucho. Tanto que sumó una plata en K4 500 en Tokio junto a Saúl Craviotto, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade. Y en París, porque nadie tiene mejor palmarés que el suyo, portará con 29 años la bandera junto a Támara Echegoyen en la Ceremonia de Inauguración por el Sena. Nacido en Oxford por casualidad, de sangre británica y un poco alemana, se crio desde los tres meses en Cala d’Or. Metódico, casi infalible, aspira a otras dos chapas en el K4 500 y el K2 500 junto a Adrián del Río.

-¿También se puede entrenar lo de ser abanderado o es imposible?

-¡No, no! Es algo tan único que uno no se puede preparar para ello. Es difícil hasta imaginártelo. Se cruzan muchas emociones por lo simbólico y todo lo que significa.

-¿De quién cree que se acordará al salir al Sena?

-De mi madre, que es mi fan número uno y la que me llevaba al club de Porto Petro (Mallorca) a entrenar, con lo que le costaba mientras trabajaba. De mi primer entrenador, que ya desde entonces nos inculcaba una mentalidad de llegar a los Juegos Olímpicos, de los que están en la piragua conmigo... De los que me acuerdo al subir a un podio.

-Rafa Nadal, Pau Gasol, Mireia Belmonte, David Cal... Y ahora usted. ¿Qué representan?

-¡Ufff! Si te pones a comparar con los titanes que han portado la bandera... Son referentes para mí y para todo el mundo y no sólo del deporte. No hay palabras de la RAE para describir lo que significa esto. Y todo el resto de deportistas también. Es algo potentísimo. Coincidí con Pau (Gasol) hace un mes y hablamos de ello. Sentimentalmente, es muy fuerte para mí.

-Lo suyo en Río fue un fogonazo. De repente, oro y todos preguntándonos de dónde venían esos apellidos Cooper Walz...

-No son del centro de España precisamente (se ríe). Tengo sangre inglesa. Mis tatarabuelos ya veraneaban en Mallorca y mis abuelos se movieron allí. Mi madre ya estudió en la isla de pequeña y yo soy español como el que más, aunque me mantenga así de rubio.

-Lo suyo fue llegar y besar el santo...

-Avancé muy rápido. No me esperaba con 21 años tocar lo máximo del deporte. Y surge la pregunta de ¿ahora qué? Tocaba superarse. En París voy a disputar dos modalidades y espero tener el bendito problema de tener que volver a explicar lo de los apellidos otra vez.

-¿Hablan entre ustedes de que el piragüismo puede convertirse en el líder del medallero para España, superar a la vela?

-Sí, estamos a una medalla. Bromeo con Támara (Echegoyen, la abanderada) sobre ello. Es un vacile, pero también un reto. Llevamos dos Juegos siendo el deporte rey en medallas y ahora pinta bien, con un equipo muy fuerte.

-¿El K4 llega espoleado después del resultado del último Mundial (séptimos, tras un ciclo de éxito con el oro en los Mundiales de 2022)?

-Estuvimos a dos posiciones de no clasificar. Para nosotros no fue un buen resultado. Pocas veces habíamos fallado, y lo malo lo hemos llevado al terreno bueno. Vamos con un chute extra de humildad. Los otros también son muy buenos. O entrenamos al máximo, sin relajarnos ni media o en los Juegos puede ocurrir lo mismo, nos dijimos. Alemania sigue siendo favorita, pero hay más.

-¿Y el cronómetro qué dice?

-Que estamos fuertes. Llevamos muchos años juntos, pero seguimos puliendo gestos técnicos, la aerodinámica, la sincronización... y seguimos progresando, por lo que creo que podemos volver con otra alegría.

-¿Qué novedades han introducido?

-Nos faltaba la sincronización del empuje dentro de la piragua, de la cadera y las piernas. Si lo ves desde fuera, crees que el piragüismo son sólo brazos, pero qué va. Estamos logrando hacer el impulso interior de las piernas de forma más acoplada, y entrando al agua con más potencia. Una cosa son los vatios que puedes aplicar y otra la velocidad con la que la pala entra al agua. Es una forma más explosiva y agresiva.

-¿Es una embarcación más agresiva, pues?

-Sí, con más potencia.

-La pista de París es muy abierta y con viento lateral...

-Hicimos un test allí el verano pasado y, en general, nos gustó. Me recuerda a mi club, bastante abierto, con viento y olas. Por eso tengo una gran capacidad de adaptarme a los factores externos que no puedes controlar y que hace que rivales salgan ya condicionados o derrotados.

-Han montado un timón nuevo para corregir un poco esa deriva lateral...

-El K4 está hecho a nuestra medida y con modificaciones para cada uno de nosotros por nuestro peso. Atrás va un pequeño timón modificado que sirve como quilla para mantener recta la embarcación, más estabilidad y un mayor avance por palada. Lo trabajamos con ingenieros de la fábrica (Nelo), ingenieros españoles y nuestro entrenador, Miguel García.

“Creo que el piragüismo puede lograr cinco medallas: cuatro en pista y una en eslalon”

Marcus Cooper

-¿Cómo fue la elección del K2 500? Al final paleará con Adrián del Río cuando había sido campeón del mundo en 2021 junto a Rodrigo Germade.

-Comenzamos el año con el K2 totalmente abierto, pero es verdad que yo durante todo el ciclo pensé en que competiría con Rodrigo. Parecía obvio. Pero se fueron haciendo pruebas y Miguel García (el técnico) fue el que decidió. Tanto el nuestro como el formado por Carlos Arévalo y Rodrigo van a ser muy competitivos. Hay posibilidad de podio para ambos.

-¿Adrián del Río le recuerda a usted?

-Sí, es un portento físico y mental. Va a por todas. No tiene miedo ni filtros. Tiene 21 años, como cuando yo me proclamé campeón olímpico, y es algo que le recuerdo. Es ambicioso, con muchísima hambre. Va a por todas. Yo voy detrás suyo y ya le he dicho que ponga el ritmo que quiera que le seguiré. Además, va a hacer el K1 1.000 y no es nada lento.

-¿Qué previsión de medallas hace del piragüismo?

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-Pues cuatro en pista y una en eslalon. Cinco.

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