El reto de Abel Mansilla: 24 horas subiendo escalones en un hotel
El deportista extremeño afronta su enésimo reto en colaboración con la AECC para recaudar fondos para la lucha contra el cáncer.


Superación. Coraje. Pundonor. La vida de Abel Mansilla (Villanueva de la Serena, 1984) es un ejemplo de sacrificio y de querer mostrar al mundo que el esfuerzo es innegociable. Él lucha contra lo que a veces parece indestructible. Es el hombre de los retos. Busca imposibles para que el mundo pueda comprender que quizás no lo son. Abel tiene un lema: “la superación propia”. Dirige un centro de entrenamiento personal (Body&Mind) en Sanlúcar de Barrameda mientras traza las líneas de cada reto que quiere superar. Los imagina y los cumple. Lo hizo en el pasado y ahora tiene uno nuevo entre manos para el mañana. “Lo que era mi hobby se convirtió en mi pasión”, advierte. Hace cinco años comenzó su aventura en colaboración con la AECC, la Asociación Española contra el Cáncer, consistente en realizar desafíos deportivos extremos para recaudar fondos de cara a luchar contra esta enfermedad. ‘Pisadas Infinitas’ fue el nombre con el que se denominó a este grupo de deportistas.
Su próximo reto apunta a un hotel y a una aventura sin límites. Pero todo comenzó en 2021. El primer reto fue pasar 24 horas ininterrumpidas caminando por la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, recorriendo un total de 118 kilómetros y logrando una recaudación solidaria de 3.500 euros. Un éxito que le llevó a repetir al año siguiente y a darle continuidad en el tiempo. En 2022, en uno de los desafíos más duros, cruzó la isla de Fuerteventura caminando 24 horas con un total de 105 kilómetros para recaudar 9.000 euros.

No cesó ahí en su empeño de superarse. En 2023 batió su propio récord subiendo el edificio más alto de su ciudad, el Hotel Guadalquivir (60 metros), con un total de 47 subidas y bajadas para recorrer 10 kilómetros en vertical y subiendo 17.860 escalones. Será precisamente ahí donde transcurra su próximo reto de octubre. Ese año también realizó una ruta circular por los pueblos blancos de Cádiz, caminando 24 horas seguidas por caminos de la serranía y cruzando El Bosque, Grazalema, Benaocaz, Benamahoma, Villaluenga del Rosario y Ubrique. La recaudación, igualmente destinada a la lucha contra el cáncer, fue de unos 3.000 euros.
Había ya un eterno guiño a la aventura en su día a día. el Faro de Chipiona, el más alto de España, logrando recaudar 3.300 euros para la AECC. Abel escribe mientras un libro en el que pretende relatar cada detalle de esta aventura que no se detiene. Su próximo desafío es el 17 de octubre y pretende afrontarlo con todo, como siempre: Intentará batir su propio récord subiendo y bajando escaleras del Hotel Guadalquivir de Sanlúcar de Barrameda durante 24 horas seguidas sin descanso. Un desafío de altos vuelos con la mejor causa posible: ayudar a la lucha contra el cáncer a través de la AECC. En su mente hay más ideas y más retos. Los que hagan falta para tratar de ayudar a un objetivo inmejorable. Quiere caminar por los siete Emiratos Árabes en seis días y también tiene en su mente afrontar algún desafío en África. Abel quiere superar los límites y dictaminar que todo es posible. El hombre de los récords quiere mucho más. Y su motivación es quizás su inmejorable aliado para ello.
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