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La gran escapada de Guijosa: 44 horas de viaje para llegar a Madrid

El Ministerio de Exteriores preparó la evacuación: de Teherán a Ereván por carretera, y de Armenia a casa.

Rafa Guijosa, apasionado de Oriente.
Enrique Ojeda
Actualizado a

EI mensaje desesperado de Rafa Guijosa, pidiendo ayuda para salir de Teherán, ha tenido un desenlace de 44 horas seguidas de viaje para el entrenador alcalaíno que estaba trabajando como seleccionador masculino de Irán cuando se inició el bombardeo israelí.

El Ministerio de Asuntos Exteriores y la embajada española en Irán prepararon una salida desde Teherán de un grupo de 44 personas, de ellas 36 españoles. El convoy salió por carretera el jueves a las cinco de la mañana con destino a Ereván, capital de la vecina Armenia, pero que suponen casi 1.300 kilómetros.

Durmiendo en los autocares, recibidos en la frontera de irano-armenia por las autoridades españolas de la zona, a las once de la mañana del viernes el grupo ya estaba en el aeropuerto de la capital armenia para volar a Torrejón de Ardoz en un vuelo fletado por el Ministerio de Exteriores para acabar lo antes posible con la odisea.

Desde Ereván el propio Guijosa le envió un video a Teledeporte en el que el entrenador se mostraba optimista, y aunque cansado, ya vislumbraba el final feliz a una pesadilla imposible de prever hace tan sólo una semana.

En realidad, todo el mundo del balonmano y del deporte se ha volcado con Guijosa. La Federación Española ha agitado la colaboración del CSD, del Comité Olímpico Español, y hasta de la Federación Mundial de balonmano (IHF), con un papel destacado de la Federación Iraní, al fin y al cabo, responsable directa de apoyar al madrileño.

También hay colaboradores anónimos, como el entrenador catalán David Ginesta (ex del Granollers), que actualmente es el seleccionador femenino de Turquía, que se ofreció para una apuesta arriesgada si no se encontraba otra solución: viajar por carretera a Irán y sacar a Guijosa por la frontera turca, algo que se descartó por la caótica situación de las carreteras iranís.

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Al final ha imperado la postura más lógica, la propuesta por el Ministerio y la embajada, para traer de vuelta a casa a Rafa con el eco de las bombas en sus oídos.

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