Las chicas de oro del golf apuntan alto: “Vienen grandes cosas”
El éxito de Paula Martín en el British es el último de varias españolas que destacan en el golf amateur y apuntan a grandes logros en el profesionalismo. Sus protagonistas hablan con AS.

“Estamos viviendo la que es la generación de oro del golf español, es increíble”, asegura con rotundidad Carlos de Corral, director deportivo de la Federación de Golf de Madrid, pocas horas después de que una de sus exalumnas, Paula Martín, levantase el Women’s Amateur Championship, el British para aficionadas. El éxito de la madrileña de 19 años, ahora en Stanford, es uno más en una larga lista de alegrías que evidencian que hay una camada, femenina principalmente, que viene pisando muy fuerte, generando mucha ilusión por lo que pueden lograr en el futuro. “En el mundo profesional es como que no acabábamos de dar el salto. Parece que ahora sí que hemos dado con una generación de jugadoras que pueden dar ese salto. Estamos muy contentos y muy ilusionados con que lo pueden dar”, dice a este medio Ignacio Gervás, director deportivo de la Real Federación Española de Golf.
Porque Martín, que el domingo se convirtió en la sexta española que gana el British amateur, la primera desde 2009, no está ni mucho menos sola. En abril ya se festejó el histórico triunfo de Carla Bernat, de 21 años y en Kansas State, en el Augusta National Women’s Amateur, el ‘Masters’ de aficionadas. Tocó a la puerta de ese título hace un par de años Cayetana Fernández, un diamante en bruto y cuya hermana, Blanca, se acaba de hacer profesional. Otra saga familiar es la de los López-Chacarra, pues Carolina, hermana de Eugenio, va a más y acaba de pasar el corte en el US Open de ‘mayores’, como también hizo Julia López, recientemente convertida al profesionalismo y que brilló en aquel major, en el que rozó el top-10. “Es un portento. Es probablemente la jugadora con más talento de las que tenemos. Ojalá vaya abriendo camino”, cuenta Gervás sobre la malagueña, la primera española en liderar el ranking mundial. Ahora, la mejor clasificada es Andrea Revuelta, 4ª, que comparte equipo con Martín en Stanford.
La generación de oro femenina
- Andrea Revuelta, 18 años, en la universidad de Stanford, 4ª del ranking mundial amateur
- Paula Martín, 19, Stanford, 12ª
- Carolina López-Chacarra, 22, Wake Forest, 18ª
- Carla Bernat, 21, Kansas State, 19ª
- Rocío Tejedo, 18, Louisiana State, 32ª
- Cayetana Fernández, 20, Texas A&M, 33ª
- Julia López, 22, Mississippi State, se acaba de hacer profesional (exnúmero uno)
“Haber crecido jugando contra nuestras amigas nos ha empujado a tener una motivación sana, a entrenar, a seguir haciendo esto día a día. Porque, mientras lo hacemos, nos lo pasamos bien”, explica Revuelta a AS. “Tienen muchas ganas, una rivalidad muy sana que las hace estar enchufadísimas todo el día. Han crecido juntas, saben que se pueden ganar unas a las otras, y ver que una gana motiva al resto a seguir entrenando y peleando, porque si lo consigue una, ¿por qué no la otra que llevan jugando juntas desde desde pequeñas?”, coincide De Corral sobre unas jugadoras que tienen un currículum extensísimo en categoría amateur. Sin ir más lejos, Revuelta, Bernat y Chacarra acaban de ganar en los prestigiosos Regionals de la NCAA estadounidense. “No hay que hacer solo hincapié en lo de Paula. Ganar en Augusta es la pera. Andrea ha estado en la pelea todo el rato, en la Palmer Cup, que juegan tres españolas; el US Open que lo juega Caro Chacarra, que pasa al corte y se mete en la pelea después de dos días y medio. Bueno, son muchas y yo creo que es eso, una competitividad muy sana entre ellas que las hace mejorar cada día, es impresionante", añade.
El tiempo pasa, el profesionalismo se acerca, y las chicas de oro para nada sienten vértigo. “Es una generación muy potente y a veces se nos subestima, se nos ve todavía como solo amateurs, pero ya estamos viendo que muchas amateurs españolas entran al mundo profesional triunfantes. Paula, por ejemplo, jugó el US Open hace dos semanas y no le salió del todo como quería, pero esta semana ha ganado y no puedo estar más feliz por ella, se lo merece”, comenta Revuelta sobre su compañera de universidad, con la que ha estado a punto de ganar el título nacional por equipos que ya conquistó Martín el año pasado (la quinta española que lo hace, Chacarra también lo ganó). “Entrena un montón y además de gran golfista, es súper buena amiga y súper buena persona. Vienen grandes cosas para el golf femenino y que esto no ha hecho más que empezar”, avisa Andrea.

A pesar de esta hambre voraz, existe también prudencia con el gran salto que existe hacia el mundo profesional. Hace dos décadas también hubo una gran generación (Belén Mozo, Carlota Ciganda y Azahara Muñoz ganaron el British amateur entre 2006 y 2009, y entre 2001 y 2003 lo hicieron Marta Prieto y Elisa Serramià), y solo Ciganda y Muñoz han competido al más alto nivel, entiéndase el LPGA, de forma regular. “No echemos las campanas al vuelo, porque el mundo amateur y el profesional son completamente diferentes. Estamos trabajando y espero que pronto se pueda confirmar ese relevo generacional”, advierte Gervás. “El mundo profesional es un poco nuestro talón de Aquiles. En mis estimaciones estaba que deberíamos de tener ya seis o siete jugadoras en el LPGA. Y, sin embargo, seguimos teniendo siempre a Azahara, Carlota, y de vez en cuando alguna más, ¿no? Entonces, bueno, parece que ahora ya sí“. ”Vamos a ver si eso se traduce realmente en que se consiguen victorias a nivel profesional, porque, bueno, pues Carlota es la única ahí sigue al pie del cañón, y ha vuelto a ganar esta semana", concuerda De Corral.
Secretos para tanto éxito hay pocos, porque esto se resume en trabajo y más trabajo, aunque todos los protagonistas destacan el buen ambiente que tienen las jugadoras entre ellas, que han compaginado el competir entre ellas individualmente con el formar parte del equipo nacional, inundado de alegrías en el pasado más reciente. Cayetana, Andrea y Paula ganaron el World Junior Girls; Julia, Cata y Carla fueron bronce mundial; un sinfín de títulos europeos, participaciones en Solheim y Ryder Cup júniors... “Al final nos lo pasamos bien. Hemos competido desde pequeñas, somos amigas aparte de contrincantes, y que nos alza como federación y como generación", opina Revuelta. “La prueba de todo esto es lo de Paula de Francisco, que pierde en cuartos de final (del British) contra Paulita y, según termina, se va a hacer de caddie y lo da todo para que su amiga gane", argumenta el director deportivo de la RFGM, cuyo programa CETEMA es una mina de sacar talento: por ahí han pasado, precisamente, Revuelta, Chacarra (también Eugenio), Cata o la propia Paula Martín. “Nosotros estamos ahí para mostrar cariño, y orgullosísimos, que ya me pasé media hora llorando al ver la victoria de Paula, porque las hemos visto crecer y ver dónde están llegando, pues es una pasada. Tengo toda la fe del mundo en que esto se va a transportar al mundo profesional y creo que ganarán grandes para el golf español”.
Otro pilar fundamental en la formación golfística española es el de no solo desarrollar buenas golfistas, sino grandes personas, con especial atención al apartado académico, pues la gran mayoría se marcha a Estados Unidos para compaginar golf y estudios. “Creo que es uno de los elementos diferenciadores que tenemos con respecto a nuestros competidores europeos. Nosotros tenemos muy claro desde hace muchos años, desde que entré yo en la dirección técnica, que será el mejor proceso como persona también. Pensábamos que la carrera de un deportista es muy larga pero queremos también darles algo más que una carrera deportiva. Queremos que tengan su carrera universitaria, porque el golf es muy difícil. Conocía perfectamente cómo funcionaba el sistema universitario americano y me parecía que era una solución ganadora al 100%“, cuenta Gervás. ·Hemos trabajado mucho para que las chicas vean ese camino y hoy en día tenemos el 95% de jugadores de la RFEG que acaban yendo a EEUU. Tenemos un porcentaje de graduados universitarios altísimo, estamos muy orgullosos porque en comparación con otros deportes somos tremendamente diferenciales. Además vamos consiguiendo que jugadoras pasen de entrar a programas deportivos a programas deportivos académicos como es el caso de Stanford, con Andrea y Paula, o Berkeley, como hemos tenido ya varias jugadoras“.
Porque, a pesar de estar al otro lado del Atlántico, ni mucho menos se abandona a las jugadoras. “La comunicación constante que tenemos desde Estados Unidos con la Federación Española es clave. Incluso estando ahí, nos ayuda muchísimo a luego venir a España y Europa y competir, a ser capaces de compaginar las dos vidas que tenemos. Nunca nos dejan de lado", agradece Revuelta, que acaba de terminar su primer año en la prestigiosa universidad de Stanford. Casi nada. “Creo que se hacen las cosas bien. Y el resto de países europeos no te creas que lo tienen tan claro. Tienen una visión mucho más deportiva, y evidentemente si las niñas con 18 años se hacen pro y saltan al mundo profesional pues sí, mejoran más rápido sin duda. Pero la vida es muy larga, y tener un backup académico y una experiencia en EE UU me parece que era por lo que teníamos que luchar, y ahora está perfectamente interiorizado", agrega Gervás.

“Lo que ha cambiado en los últimos años básicamente es nuestro afán por mejorar y por superar todos los programas. El Comité Juvenil está haciendo un trabajo magnífico a la hora de recoger esa cantera y trabajar con ella para que llegue a los comités superiores. En los comités superiores también se está trabajando muy duro. Creo que entre todos los que forman el equipo técnico de la Federación, y especialmente el de las chicas, pues sí que hay esas ganas de volver otra vez a meter a jugadores en el LPGA”, manifiesta Ignacio, que celebra el alto nivel que hay en el centro de excelencia de la RFEG y el crecimiento del número de pruebas y participantes en la modalidad femenina. Las de ahora han crecido admirando principalmente a Carlota Ciganda y Azahara Muñoz, como admite Revuelta y de quienes Gervás cree que “están deseosas de poder aportar su granito de arena y de experiencia a esta generación de jóvenes jugadoras que va a venir en los próximos años”.
Aunque esta generación de oro quiere más, y ante tal ristra de éxitos es imposible no pensar en algo jamás visto: un major ganado por una española. Sin ir más lejos, este jueves comienza el PGA Championship, con Julia López siendo la representante de la generación de oro y acompañando a Ciganda y Azahara. “Iba a decir que estoy obligado a decir que sí, pero es que no es por obligación, es que me lo creo. Me lo creo y además nuestro trabajo es hacérselo creer a ellas. Y yo creo que están empezando a pasar las cosas necesarias para que al final una jugadora española pueda ganar un grande. Ya hemos visto que se puede y que es cuestión de tiempo. Seguir trabajando, seguir ilusionando a las jugadoras para que consigan ese objetivo", dice Gervás, que finaliza acordándose de otra jugosa meta. “Y el objetivo olímpico, que no nos olvidemos que esas medallas olímpicas tienen que caer pronto y espero que sea en Los Ángeles”. Talento para que así sea hay de sobra.
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