Sergio García llega lanzado a su centenario en los grandes
El español de 45 años llega a su grande número 100 en un estado de forma superlativo... y en Augusta, el único que no se resistió a su talento.


Jack Nicklaus, Gary Player, Tom Watson, Arnold Palmer, Raymond Floyd, Sam Snead, Gene Sarazen, Bernhard Langer, Vijay Singh, Nick Faldo, Ernie Els, Phil Mickelson, Sandy Lyle, Mark O’Meara, Tom Kite, Raymond Foyd, Ben Crenshaw, Davis Love III y dentro de unos días... Sergio García. Porque cuando el castellonense de 45 años se plante en el tee del 1 del Augusta National este jueves, entrará a fomar parte del club de los golfistas con al menos 100 grandes en su currículum. Uno en el que no están todos los que son, pero son todos los que están. Esto es, los mejores de la historia.
Nicklaus lo consiguió a los 44; Player, a los 47, Palmer con 52, Snead con 63, Sarazen con 62, Langer con 56, Singh con 60, Faldo con 58, Els con 47, como Mickelson, Crenshaw y Player, Floyd y Kite con 49, O’Meara con 59 y Lyle y Love con 64... Tiger, habrán notado, aún no ha llegado. Uno de los peajes que ha pagado a cuenta de un cuerpo llevado a los confines de la biomecánica y aquellos años de vida nocturna desaforada.
Sería un ejercicio fútil repartir méritos entre representantes de edades en las que este deporte se articulaba profesionalmente de formas muy distintas, pero lo cierto es que, de los estrictamente coetáneos de ‘El Niño’ de Borriol que ahora, a los 45 años, ya cría dos hijos, no hay ninguno. Podría incluirse ahí, con pinzas, a Mickelson, Els o Singh. Y a todos les ganaría en precocidad.
Quizá esa sea una parte importante del testamento de un golfista por momentos torturado ante la casi infinita resistencia de las cuatro patas del Grand Slam a su talento, cuando cargaba también con la pesada losa de ser considerado uno de los pocos diques de contención al dominio de Tiger. Era el empalme entre el siglo XX y el XXI y las trayectorias de ambos, que por capacidades y potencia de su irrupción en los grandes circuitos muchos habrían tirado más o menos paralelas, se tornaron diametralmente opuestas.

Sergio, que se había estrenado en los majors en el British Open de Royal Lytham en 1996, jugó los 87 siguientes para los que tenía plaza y apiló 22 top-10 hasta que faltó a la cita británica en 2020, pero en ese lapso solo, si es que una chaqueta verde puede ir precedida de un solo, pudo echarse a la boca el Masters de 2017, con aquel eagle memorable al 15 y el putt en el playoff contra Justin Rose que cambió para siempre el sino de su carrera.
De no haber entrado, a día de hoy sería una de las mayores crueldades cometidas nunca por los dioses de este deporte contra el talento puro. Pero lo paradójico es que Sergio tocó la gloria cuando se resignó ante sus continuos desplantes: los dos segundos puestos en el British, el grande con el que más soñó, especialmente doloroso el de 2014, el PGA de 2008... Desesperado ya, llegó a proclamar tras el Masters de 2012 que no tenía “lo que hay que tener”. Los árboles tapaban el bosque, y el tiempo lo demostraría un lustro después.
Más grandes disputados
Puesto Jugador Participaciones Rondas Victorias Top 10
1. J. Nicklaus (EE UU) 164 590 18 73
2. G. Player (RSU)) 150 506 9 44
3. T. Watson (EE UU) 145 492 8 46
4. A. Palmer (EE UU) 142 459 7 38
5. R. Floyd (EE UU) 127 445 4 28
6. P. Mickelson (EE UU) 125 454 6 40
7. S. Snead (EE UU) 119 352 7 48
8. B. Crenshaw (EE UU) 118 384 2 27
9. G. Sarazen (EE UU) 112 270 7 42
10 B. Langer (Ale) 111 368 2 19
11. M. O’Meara (EE UU) 110 352 2 11
12. T. Kite (EE UU) 109 393 1 27
13. E. Els (RSu) 108 373 4 35
14. F. Couples (EE UU) 105 372 1 26
15. V. Singh (Ind) 101 349 3 23
16. S. Lyle (GBr) 101 299 2 4
17. D. Love III (EE UU) 101 326 1 21
18. N. Faldo (GBr) 100 348 6 26
19. S. García (Esp) 99 328 1 23
20. T. Woods (EE UU) 95 343 15 41
--. J. M. Olazábal (Esp) 95 303 2 15
25. S. Ballesteros (Esp) 87 285 5 20
Nuevos aires, nuevo Sergio
No pareció terminar de satisfacerle la cuadratura del círculo, porque en los años siguientes protagonizó algún episodio de frustración en el campo, pero acabaría encontrando la plenitud con su mudanza al LIV. La superliga saudí ha desnudado una nueva versión. Más desenfadada, más serena, más paternalista. Por lo que tiene ahora en casa y porque se ha tomado su capitanía en los Fireballs como una segunda familia, a tenor de lo que cuentan pupilos como los también españoles David Puig y Luis Masaveu.
En su cuarta temporada, suma 14 top-10 y dos victorias individuales. La primera en Valderrama, prolongando el idilio, en 2024, y la última hace dos semanas en Hong Kong. Merodeó la tercera el domingo en el Blue Monster de Doral, el macroresort de Donald Trump en Miami, pero acabó en manos del australiano Marc Leishman.
Y más allá del ilusionante momento deportivo, el ‘nuevo Sergio’ ha decidido enterrar sus diferencias con el circuito europeo, pagar las multas que adeuda desde su cambio de aires y anunciar su intención de intentar meterse en el equipo del Viejo Continente para la próxima Ryder, le cueste lo que le cueste. A horas del centenario en Augusta su candidatura es sólida. Y coge cuerpo otra que a estas alturas de su carrera parecía capítulo cerrado: la de la segunda chaqueta verde.
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