Sin Jon Rahm no hay botín

Cuando Jon Rahm desembarcó en el LIV Golf y creó su equipo sorprendió mucho el nombre: Legion XIII. Hay dos vertientes que inspiraron al exnúmero uno del mundo para elegirlo. Por un lado, el grupo de romanos que eran siempre aplastados por la aldea gala de Astérix y Obélix y que el español, ganador la pasada semana del título individual del circuito saudí, leía en cómics cuando era niño; y por otro la Legión 13 Gemina creada por Julio César. En el Maridoe de Dallas y sin el gran capitán, enfermo de gripe, sus compañeros se asemejaron por momentos más, pese al arreón final, a los que peleaban sin éxito ante la pócima mágica de Panorámix en los invencibles aldeanos que a los briosos guerreros de una de las legiones más victoriosas del Imperio Romano.

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Los 14 millones de dólares (12,5 de euros) de los vencedores por equipos de la tercera temporada fueron a parar a Ripper. El cuarteto que capitanea el australiano Cameron Smith se impuso al presentar una tarjeta agregada de sus cuatro jugadores (todos por debajo del par) de 277 golpes (-11), tres menos que el Iron Heads que lidera el estadounidense Kevin Na; y el Aces, defensor del título, con el norteamericano Dustin Johnson al frente. Legion XIII fue cuarta y última en la final, con 282 impactos (-6). Por su parte, los Fireballs de Sergio García, David Puig, Eugenio López-Chacarra y el mexicano Abraham Ancer finalizaron el campeonato en sexta posición, al ser segundos (con -14) en la final intermedia que repartía los puestos del 5º al 8º.

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