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Gooch chafa la mano de España en el póker de Valderrama

El estadounidense se dispara con un -5 para -7 que dificulta mucho las opciones de Sergio de repetir título. Rahm, a seis golpes, baza improbable.

Gooch chafa la mano de España en el póker de Valderrama
Jon Nazca
Jorge Noguera
Nació en Madrid en 1995. Doble grado en Periodismo y Audiovisuales por la Rey Juan Carlos. Un privilegiado, hace lo que siempre quiso hacer. Entró en AS en 2017 y se quedó. Salvo un paréntesis en Actualidad, siempre en Más Deporte. Allí ha escrito sobre todo de rugby, golf y tenis. Ha cubierto el British Open, la Copa Davis o el Mutua Madrid Open.
Valderrama Actualizado a

No lleva malas cartas España en la partida de póker que se juega estos días en Valderrama, pero todo apunta a que la mesa será de Talor Gooch. Este sábado, en el que hubo que recuperar los hoyos pendientes tras el vendaval del viernes y después afrontar los segundos 18, sacó una escalera de color en un campo en el que ya fue campeón en 2023, en aquella temporada superlativa que terminó coronándole como el mejor del ranking anual tras amasar tres triunfos individuales. Entonces jugaba para los Range Goats de Bubba Watson, que cambió después por los Smash que capitanea Brooks Koepka, quien urdió el traspaso por un Matthew Wolff con el que había aireado diferencias de método públicamente. Sus 66 impactos, cinco bajo par en el día y -7 en el total, le colocan como líder destacado de la cita con cuatro de ventaja sobre su compatriota Dustin Johnson.

Este, en un nuevo episodio de lo que parece una recuperación paulatina para la causa del golf de élite, que últimamente parecía haber perdido varios escalones en su orden de prioridades en favor de la pesca, se sacó de la manga un 64 (-7 para -3) que no anda lejos del récord del campo, el 62 de Bernhard Langer el viernes del Volvo Masters de 1994. Le ayudó, todo sea dicho, un campo mucho más receptivo. El susto del primer día, cuando la organización casi pierde el control de los greenes del 11 y el 14, llevó a una recogida de cable que dejó el diseño, famoso entre otras cosas por la hostilidad de sus superficies de pateo, por momentos irreconocible. Para rematar el viento se movió esta vez en parámetros aceptables, y se espera que pierda aún más intensidad de cara a la ronda final.

No ayuda eso a la causa de un Jon Rahm que saldrá en -1 tras entregar un 70 (uno bajo par) en el segundo recorrido, que no le termina de hacer justicia. Jugó un golf sólido mal recompensado, con varios putts que no quisieron entrar y pagando mucho peaje en los pocos errores que cometió, esencialmente las salidas del 17 y del 2, sendos bogeys sin desviarse mucho de la ruta correcta que dejaron un poco en agua de borrajas 14 hoyos inmaculados entre el 3 (por el que salió) y el 16.

“Muy buena vuelta de golf en general. He tirado buenos putts pero me he quedado un poco corto. La velocidad de los greenes ha cambiado y es un campo muy enrevesado. Hay que jugar muy buen golf y eso es lo que he hecho”, analizó sin que le rechinaran mucho los dientes, porque no fue un día ni mucho menos para flagelarse. “Estoy jugando bien y cada vez que me acerco no salen del todo las cosas. No he pegado ningún muy mal golpe y he acabado puteado dos veces. Es lo que hay, pero no esperaba que alguien hiciese -5. Todavía quedan 18 hoyos y todo torneo que se juega aquí en algún momento se sufre. Si alguien juega tan bien mañana, chapeau”, completó.

“El año pasado el campo se jugaba más difícil que este. En mi caso voy a tener que tirar seis o siete bajo par para acercarme a la gente que tengo delante. Se puede hacer pero tienes que salir y hacer una vuelta muy baja. Estoy jugando lo suficientemente bien para hacerlo y darme una oportunidad”, dejó abierta la puerta al optimismo, que se refuerza con el precedente de Sergio García y los siete golpes que remontó en 2024 para sumar su cuarto triunfo en Valderrama.

Los mismos a los que se encuentra esta vez a falta de 18 hoyos el de Borriol. Él torció el gesto tras fallar un putt de birdie asequible en el 4 y ya no volvió a encontrar las sensaciones en los greenes de unos nueve primeros sensacionales, con birdies consecutivos entre el 10 y el 12 y otro en el 16 pateando realmente bien, acompañado su ejercicio en los Fireballs por un -1 para +2 coqueto de David Puig, un -2 para par del mexicano Ancer y un +4 para +6 más atropellado de Josele Ballester. Lo lógico sería que no cayera la quinta victoria en este campo, pero con Sergio y Valderrama en la ecuación nada parece demasiado irracional.

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