Keegan Bradley convierte la Ryder Cup en una cuestión moral

Arrecia el debate a un día de que el capitán desvele sus seis elecciones para el equipo estadounidense, entre las que podría figurar él mismo.

Keegan Bradley convierte la Ryder Cup en una cuestión moral
JARED C. TILTON
Jorge Noguera
Nació en Madrid en 1995. Doble grado en Periodismo y Audiovisuales por la Rey Juan Carlos. Un privilegiado, hace lo que siempre quiso hacer. Entró en AS en 2017 y se quedó. Salvo un paréntesis en Actualidad, siempre en Más Deporte. Allí ha escrito sobre todo de rugby, golf y tenis. Ha cubierto el British Open, la Copa Davis o el Mutua Madrid Open.
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Un triunfo y seis top-10 en la temporada, los conseguidos por Keegan Bradley, han convertido un debate que normalmente se dirime en términos estrictamente deportivos, el de quiénes deberían ser los invitados por los capitanes de la Ryder Cup a los equipos europeo y estadounidense, en una cuestión moral. Porque, por primera vez en tiempo, uno de los ‘patrones’, en este caso el citado Bradley, responsable del equipo norteamericano, tiene un caso objetivamente robusto para autoseleccionarse a sí mismo. Y no es una posibilidad que, a un día del anuncio previsto para este miércoles, haya descartado ni mucho menos.

Lo cierto es que el discurso ha ido zozobrando. A principios de año se autoeliminaba de la ecuación, para luego ir dejando el asunto en el aire conforme avanzaba la temporada y su hoja de resultados mejoraba. “Hay algunos que piensan que estarán en el equipo y no van a estar”, inflamaba aún más la conversación en sus últimas declaraciones Bradley, que tiene el respaldo, dicho por él mismo, de varios vicecapitanes y jugadores que ya han obtenido una de las seis plazas automáticas (a saber Scottie Scheffler, J.J. Spaun, Xander Schauffele, Harris English, Russell Henley y Bryson DeChambeau). Hasta Donald Trump se ha pronunciado al respecto en un post en su red social, Truth Social, que rezaba: “Keegan Bradley debería estar definitivamente en el equipo de Estados Unidos de la Ryder Cup, como capitán!!! Es un chico increíble, será una Ryder Cup fantástica.Tras recibir una invitación del PGA Tour estaré allí el viernes del torneo”.

Hay cierto tufo en el aire a que se convertirá en el primer capitán-jugador desde Arnold Palmer en la edición de 1963, y de hecho llegó a un acuerdo con Luke Donald para modificar la normativa sobre transmisión de instrucciones en el campo, para que sus vice-capitanes tuvieran más poder en ese sentido. Precisamente la ayuda del difunto Arnie es algo con lo que a Bradley, dijo durante el Tour Championship la semana pesada, le gustaría contar: “Ojalá siguiera vivo (Palmer) y pudiera hablar con él. Si sólo pudiera hacer una cosa, desearía poder llamar a Arnold y hablar con él, porque creo que me daría un gran consejo”.

Desde ese punto de vista, así como en el deportivo (al fin y al cabo, nadie ha ganado más en el PGA en el último año que él y Scheffler, y viene de entregar un 64 para terminar séptimo en la final del circuito estadounidense), tiene la batalla dialéctica ganada el de Vermont, un personaje que, ya sea por sus actuaciones previas, dramáticas no elecciones para el equipo o este episodio, tiene una relación tan turbulenta como estrecha con la Ryder. Y no sería ni mucho menos el primero en hacer algo así. En los inicios de la competición, de hecho, era bastante habitual. Lo que sí será es el primero en autodesignarse con el formato actual de seis elecciones por capitán, y eso es algo con lo que, para lo bueno y lo malo, cargará el resto de su carrera si así es el caso.

Aparte del dilema sobre sí mismo, Bradley tiene otros que solventar. Como siempre en el bando norteamericano, han quedado fuera de la clasificación automática muchos más nombres de pedigrí de los que se puede llevar a Bethpage Black, así que tendrá que elegir seis de un grupo que incluye a campeones de grandes como Brooks Koepka, Justin Thomas, Jordan Spieth, Collin Morikawa, Wyndham Clark, Lucas Glover o Brian Harman, gente con experiencia previa y buena imagen en el vestuario como Sam Burns y Patrick Cantlay y posibles novatos que han tenido una temporada reseñable como Cameron Young, Maverick McNealy, Andrew Novak o Ben Griffin.

Los ‘picks’ europeos, el día 1

Unos días más tarde, el 1 de septiembre, anunciará las elecciones europeas Luke Donald, en un ambiente mucho más relajado. Para empezar porque él, aunque aún juega y tiene en ello una gran herramienta para sondear a lo largo del año potenciales pretorianos, no da la talla ya para estar en el campo haciendo algo que no sea repartir instrucciones.

Y además su panorama aparece en principio más despejado. Tras el British Masters asegugaron la clasificación Rory McIlroy, Bobby MacIntyre, Tommy Fleetwood, Justin Rose, Rasmus Hojgaard y Tyrrell Hatton. Todos menos Hojgaard ya estuvieron en Roma en 2023. A partir de ahí, los cinco siguientes en el ranking son jugadores ya contrastados como mínimo de la anterior edición, y todos han dado el nivel para repetir: Shane Lowry, Sepp Straka, Ludvig Aberg, Viktor Hovland y Matt Fitzpatrick.

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Hay candidaturas interesantes en jugadores como Matt Wallace, Thomas Detry, Aaron Rai o Harry Hall, pero Bethpage no parece el escenario indicado para experimentos y los once citados anteriormente forman un grupo sólido, que con la adición de Jon Rahm (¿quizá quitar alguno para meter a Sergio García también?), cuya invitación parece fuera de toda duda, tendría la guinda.

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