Los hermanos Iker y Eneko Pou abren una nueva vía en Perú
Ha sido en del Jurau A, situado en el salvaje macizo del Huayhuash, al sur de la Cordillera Blanca. Al final, se han completado 30 largos.

En tres días de actividad en escalada libre y estilo alpino alcanzaron la cumbre Este del “Jurau A” de 5.520 m. La capacidad de creación e innovación de los dos hermanos alaveses es internacionalmente conocida y ahora le han dado una vuelta de tuerca más, firmando la que es su primera ruta abierta en el salvaje macizo del Huayhuash, vecino a la Cordillera Blanca y famoso por su belleza natural.
Bautizaron la nueva ruta con el nombre de “Kuntur”- cóndor en quechua-, en alusión a las cuatro enormes aves que les sobrevolaron durante gran parte de la escalada. ”Independientemente del esfuerzo, la dificultad, la altura, los buenos y malos momentos vividos durante la apertura, lo que más nos ha marcado ha sido esta grandiosa expresión de la naturaleza, que en siete temporadas en la Cordillera Blanca todavía no habíamos tenido el gusto de vivir, ha sido algo sensacional, poder compartir la escalada con los cóndores, algo tan difícil de ver…”, aseguraron desde Perú.
Les ha quedado una ruta muy grande, con 1.575 m de recorrido, una dificultad de 6c en la roca, 70º en la nieve y el hielo, y, M.5 en la escalada mixta. ”Alcanzamos la cumbre con las ultimas luces del segundo día, tras haber realizado un incómodo vivac en una pequeña repisa a 5.000 m. Rapelamos desde lo más alto a 5.520 m durante dos horas ya de noche, decidimos parar nuevamente a dormir… necesitábamos descansar, la jornada había resultado maratoniana con casi 13 horas de actividad, a lo que habría que sumar las casi 12 del día anterior y las casi 5 de dos jornadas antes. El tercer día nos levantamos muy cansados pero había que seguir buscando la ruta de descenso, con lo que nos centramos en ello, hasta que 7 horas después logramos alcanzar el campo base”, añadieron.
Han dejado la vía totalmente limpia ya que la ascendieron únicamente con material flotante (empotradores que quitaban y ponían) y recomiendan encarecidamente su repetición. “Sobre todo es una gran vía de roca, del estilo de `La Esfinge´, el gran emblema de la cordillera, pero todavía un poco más larga y más alta, y con los últimos largos en nieve y hielo, con lo que la ascensión es aún más compleja. Los largos clave, aunque no tienen una dificultad extrema, son bastante expuestos porque son difíciles de proteger, y en la mayoría de los casos no permiten caídas. Tampoco hemos dejado nada de material emplazado, con lo que es una escalada bastante seria. También habría que sumarle que al tener que llevar equipo de vivac y comida para tres días, hemos acarreado bastante peso, por lo que ha resultado una escalada muy física y logísticamente complicada”, explicaron al regresar.
Y no dudan en poner en valor lo conseguido en un momento vital complicado: ”Ha sido una ascensión importante, queríamos algo grande y lo hemos conseguido, pero a pesar del enorme desgaste físico y mental, lo peor no ha resultado la propia escalada, lo más difícil ha sido superar mentalmente lo que ha supuesto primero el accidente mortal de los tres chicos que tratamos de rescatar en el Artesonraju y que no fue posible hasta casi veinte días más tarde, y después, el goteo de compañeros que han ido falleciendo en accidentes de montaña en diferentes cadenas del mundo- hasta ocho amigos- en un intervalo de apenas dos semanas y media. Estas desgracias nos han afectado profundamente y nos han lastrado anímicamente durante toda la expedición, con lo que cuando hemos logrado la cumbre y la apertura en el Jurau A, nos hemos quitado un gran peso de encima. Lo cierto es que hemos estado a punto de no lograrlo, durante días, no nos hemos sentido con fuerza y ganas para volver a la montaña, y aún menos a una actividad tan exigente y tan dura”, indicaron Eneko e Iker.
Amor por Perú
Pero lo han conseguido a pesar de todas las adversidades y haciendo nuevamente historia en un país en el que la gente los quiere y les reconoce su labor: ”Volvemos año tras año a Perú porque nos sentimos queridos y aprecian todas estas vías que les estamos dejando, pero creemos que aún valoran más nuestra labor desinteresada en favor del colectivo montañero, sobre todo cuando dejamos nuestros proyectos de lado para sumarnos a los rescates, donde se sufre mucho, antes, durante y después de los mismos. Físicamente te dejan muy cansado, pero anímicamente acaban contigo, sobre todo cuando no consigues sacar con vida a los compañeros. Son ya varios en los que hemos participado, y a pesar de todo el sufrimiento que estamos contando, lo seguiremos haciendo, porque es parte de la obligación de un montañero, y porque demuestra los mejores valores de un ser humano: Devolver a los accidentados a su familia y amigos es algo que no tiene precio”, concluyeron los alpinistas alaveses.
¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de . ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic
Rellene su nombre y apellidos para comentar