Marcus Cooper se baja del K4 para retarse en K1: “¡Vaya huevos!"
El mallorquín (30 años) deja la famosa embarcación de Craviotto, Arévalo y Germade (plata y bronce olímpicos) para volver al K1 1.000 en el que fue campeón en Río 2016.

De la estupefacción a la ilusión. El giro vital de un campeón, una pirueta hacia el vacío, deja al K4 500 español sin Marcus Cooper, que abandona la embarcación para el ciclo olímpico de Los Ángeles 2028. “Miguel (García, su entrenador) me dijo que estaba un poco loco y ‘¡Qué huevos tienes!’, palabras textuales, pero también se ha ilusionado al máximo para hacerme una planificación exclusiva para el 1.000”, cuenta el último abanderado español en el acto de presentación del equipo de Iberia ‘Talento a bordo’ para los próximos Juegos.
Cooper (30 años) ganó el oro en Río 2016 con sólo 21 en K1 1.000, dejó la distancia para integrarse en el K4 500 de Saúl Craviotto, Carlos Arévalo y Rodrigo Germade para Tokio, donde fueron plata, y regresaron de París con un bronce, además de un cuarto puesto junto a Adrián del Río en K2 500, a nueve centésimas de otra medalla. “Ahora estoy en un limbo en cuanto a objetivos”, se sinceraba en abril con AS. ¿Cómo encontrar la motivación otros cuatro años?

“Hace una semana decidí cuál sería mi objetivo para ponerme las cosas más difíciles de cara a Los Ángeles 2028. Voy al individual, al K1. Eso me obliga a abandonar el famoso K4. No descarto el K2 500, pero la prioridad será el K1 1.000, que será más difícil de lo que fue en Río porque llevo ocho años enfocado a una distancia la mitad de larga y a una embarcación con una sensación muy diferente. Me tendré que reinventar”, dice Cooper, que cree que es “el camino más difícil” que se podía elegir, pero también en el que encontrará una llama que podría irse apagando: “Es lo que más me va a llenar”.
“Mis compañeros han alucinado también un poco. Es una mezcla de emociones. Pero lo bueno que hay en España es que vendrá otro que lo hará mejor que yo y habrá K4 para rato. A día de hoy aún no se sabe quién va a ocupar mi sitio”, prosigue el mallorquín, que hizo la última Copa del Mundo, el 17 de mayo, junto a Arévalo y los jóvenes Adrián del Río y Alex Graneri. Craviotto (40 años y cinco medallas olímpicas) deshoja la margarita de si seguir en un año sabático en cuanto a competición. Y Rodrigo Germade no superó el selectivo para la Copa del Mundo y confesó haber pasado por un cuadro de ansiedad y depresivo tras los Juegos, denunciando dejadez por parte de la Federación (“Se han deshecho de mí como de una bolsa de basura”, se quejó). El gallego tiene ahora opciones de retornar.
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