De Valdés y Martínez, en la cresta de la ola con un doble Top-5 mundial
La malagueña, que llegó a marchar segunda, defendiendo su plata de Doha 2024, acaba cuarta, seguida de la ilicitana, en las calientes aguas de Singapur. Moesha Johnson, campeona.


Sin las vigentes campeonas olímpica, Sharon van Rouwendaal, ni mundial, Leonie Beck, se presentaba Moesha Johnson como la favorita en los diez kilómetros en aguas abiertas de los Mundiales de Singapur 2025, que tras dos intentonas en falso por la insalubridad del agua discurrieron este martes por la tarde, hora local. Y lideró con mano de hierro la australiana, subcampeona olímpica y ahora oro mundial (2:07:51.3).
Aunque sobre el oleaje y las turbulentas aguas emergieron también las españolas, una María de Valdés que trataba de defender su histórica plata de Doha 2024, tras su inconveniente lesión de rodilla primaveral, y una Ángela Martínez que venía de ganar en Ibiza en la Copa del Mundo. Nadó buena parte del trazado entre las tres primeras la malagueña, y se unió a la fiesta la ilicitana en el tramo final, para concluir respectivamente en cuarta y quinta, en un brillante Top-5 mundial.
Ampliando la mirada más allá de las boyas que delimitaban el recorrido, ante la isla de Sentosa, se podía entender perfectamente por qué la insalubridad del agua había obligado a retrasar la prueba no una, sino dos veces: un puerto de Singapur plagado de barcos enormes, industriales, algunos incluso humeantes. Más ininteligible es que la bacteria E.Coli que impedía nadar un miércoles a las siete de la mañana sí permitía hacerlo a las 13:00, hora local, cuando se inició la maratón acuática masculina, y por supuesto pasadas las cuatro de la tarde, cuando se dio el pistoletazo de salida a los diez kilómetros femeninos.

Pero es que, dejando al lado la calidad del agua, estaban las condiciones. Se vio a De Valdés aparecer como muchas otras en el pantalán de salida con una toalla húmeda, bien fría, puesta sobre la cabeza, con tal de amortiguar las altas temperaturas. 32 grados centígrados en el ambiente a las 16:00 horas, para una prueba que debería haberse disputado inicialmente a las 07:00, y 30.8 grados en la temperatura del agua, a dos décimas del tope que comportaría la suspensión, encima con bastante oleaje en la mayoría de tramos.
Así, fue la rusa (aquí, neutral) Margarita Ershova la primera que acaparó las miradas, al situarse en cabeza al paso por las dos primeras boyas, en la segunda seguida de cerca por la reciente campeona europea Viktoria Mihalyvari-Farkas. Se fue estirando poco a poco el grupo líder, siempre con las españolas controladoras de la situación, también cuando poco antes de alcanzar el cuarto kilómetro tomaban ya el mando la favorita Moesha Johnson, plata olímpica en París 2024 y que viene de ganar dos de las tres etapas de la Copa del Mundo, y la líder de esa competición y bronce olímpico Ginevra Taddeucci.

A su estela, atándolas en corto e incluso situándose provisionalmente segunda justo a mitad de carrera, se encontraba De Valdés, dispuesta a todo. Otro estilo es el de Ángela Martínez, que parecía quedar algo rezagada al paso por los 4.94 kilómetros, decimotercera a 14.9 segundos de la cabeza, recortando ligeramente al siguiente paso, el avituallamiento del kilómetro 6.61, novena a 12 segundos.
Y, como en la Copa del Mundo de Ibiza, de la que se proclamó campeona, la ilicitana ya había escalado en la siguiente referencia hasta la cuarta posición, en detrimento de la propia De Valdés, quinta. Y por delante de ellas se había colado la monegasca de adopción Lisa Pou, tercera. Reseñable era la novena plaza que ocupaba a esas alturas la mítica Ana Marcela Cunha, a sus 33 años, y 14 después de colgarse su primer oro mundial en los 25 kilómetros de Shanghai 2011.

Se intercambiaron las posiciones las españolas, cuarta la malagueña y quinta la ilicitana, al inicio de la última vuelta, con Jonhson, Taddeucci y Pou liderando. Y con un hueco ya insalvable entre la quinta y el resto, por lo que iban a ser tres medallas para dilucidar entre cinco nadadoras. De modo que se planteaba, a efectos prácticos, una lucha para desbancar a Pou del podio. Una emoción desenfrenada que sin embargo se disipó tras la penúltima boya, con la australiana, la italiana y la monegasca nacida en Francia imponiéndose con claridad. De Valdés, a 18.3 segundos. Martínez, a 26.
Una "actuación muy buena" en "condiciones extremas"
“Sabíamos que iba a ser difícil por la temperatura del agua, pero eso es para todas”, destacó De Valdés, en declaraciones a la RFEN. “Intenté estar siempre por delante en el grupo, que es donde más cómoda me siento. Al final lo pagué un poco, intenté mantener el tercer puesto pero me pasó factura. El cuarto puesto me sabe regular, aunque acabo de salir de una lesión de rodilla y gracias al staff he podido estar aquí”, valoró.
“Mantuvimos la concentración a pesar de los aplazamientos, y estoy muy contenta con el resultado porque eran condiciones bastante extremas. Es mi mejor resultado en unos Mundiales, ahora a seguir con el ‘knockout”, indicó por su parte Martínez, cuyo tope hasta ahora en unos Mundiales constaba de una decimoprimera plaza.
Y el técnico responsable de las aguas abiertas españolas, Xavi Casademont, afirmó que “tanto María como Ángela estuvieron tácticamente impecables, en todo momento en cabeza de carrera, controlando los posibles cortes, se quedaron entre las cinco mejores. No pudimos rascar una medalla, que era uno de los objetivos, pero como equipo es una actuación muy buena e indica el alto nivel que están alcanzando las dos”.

Recital de Wellbrock
Habían abierto la competición los diez kilómetros masculinos con un auténtico recital de Florian Wellbrock, incontestable líder de principio a fin como si no fuera una carrera contra los otros 61 participantes que finalizaron la prueba sino una auténtica contrarreloj. Se hizo el alemán con su tercer oro mundial en maratón acuática, récord histórico, tras los cosechados en Gwangju 2019 y Fukuoka 2023, y sin olvidar el título olímpico de Tokio 2020, en un tiempo de 1:59:55.50.
A 3.70 segundos llegó, y por tanto se proclamó subcampeón, el italiano Gregorio Paltrinieri, un auténtico clásico en piscina y aguas abiertas, que se había colgado el oro de esta prueba en Budapest 2022. Y por una décima sobre Oliver Klemet se hizo con el bronce Kyle Lee, la primera medalla masculina en aguas abiertas para Australia. Más rezagado, a más de tres minutos de la cabeza, llegó el campeón de los pasados Mundiales, en Doha 2024, el húngaro Kristof Rasovszky, quien se tuvo que conformar con la decimotercera posición.
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