Gomila y Aguirre lideran una remontada mundial
Perdía España de tres al final del tercer cuarto, pero con un parcial de 5-1 se deshizo de la potente Hungría para ser primera de grupo y saltar a los cuartos, a priori ante Montenegro.


Consigue ser primera de grupo la Selección española masculina, con un pleno de victorias en su liguilla, con lo que no jugará hasta el domingo, los cuartos de final y seguramente ante Montenegro. Un descanso que irá de fábula para analizar lo difícilmente analizable. Porque España va por libre. Se ha olvidado, salvo en su debut contra Japón (22-16), de las nuevas normas de un waterpolo con tanteos amplísimos. Y, cuando más atascada en ataque parece, suelta un parcial de 5-1 en el último periodo ante la dificilísima Hungría para remontar, en un desenlace memorable, como estelares fueron las actuaciones de Biel Gomila y Unai Aguirre.
Venía la Selección de anotar solo un gol en toda la segunda mitad de su anterior encuentro, ante Australia (10-7), y pronto marcó dos en el primer cuarto ante los magiares, que también lograron un par. Abría Vincent Vigvári con un trallazo en la primera superioridad, remontaban entre Álvaro Granados en un contragolpe iniciado por el robo de Álex Bustos y Biel Gomila, culminando en el segundo palo una asistencia de Alberto Munárriz, y situaba el 2-2 Zsombor Vismeg.

Parecía que empezaba a carburar el engranaje ofensivo tras el susto del lunes contra los australianos, aunque de golpe se frenó con una serie de contrafaltas, acto seguido con acciones en hombre de más desaprovechadas, y suerte que se ponía a tope Unai Aguirre, que cerró el primer periodo con cuatro paradas o, mejor dicho, paradones de todos los colores ante el propio Vismeg, Adam Nagy, Gergo Fekete y Marton Vamos. A punto estuvo también de anular a su compañero de equipo Vigvári en el inicio del segundo cuarto, pero el balón se le acabó escurriendo.
Otro conocido del Barceloneta, Gergely Burian, anotó con gran velocidad, mientras Unai Biel, Álvaro Granados, Alberto Munárriz y Marc Larumbe se topaban repetidamente con los palos y, en menor medida, con Kristof Csoma. Al menos las paradas de Aguirre, otras cuatro en el segundo periodo, evitaban que se escaparan en el marcador los de Zsolt Varga, si bien nada logró hacer en el 2-5 de Fekete, en un preocupante parcial de 0-3 para Hungría que detuvo Gomila con una lucha encarnizada justo antes de la media parte. Llevaba casi 14 minutos España sin anotar.

No cambiarían las prestaciones en la reanudación, con el 3-6 de Daniel Angyal en superioridad, neutralizado eso sí por un penalti forzado por Felipe Perrone que transformó Munárriz. Y el propio capitán pudo ser objeto de otra pena máxima, y así lo pidió David Martín para la revisión del videoarbitraje aunque no lo consideró el colegiado chino Liang Zhang. Para colmo, antes de que se detuviera el juego había convertido Vamos el 4-7 para los magiares.
Tuvo un arrebato España al fin en superioridad, tras un tiempo muerto, al marcar otra vez Gomila y de nuevo asistido por Munárriz, un 5-7 que no tuvo continuidad. Porque enseguida coló Angyal una dolorosa vaselina. Y porque Sanahuja estrellaba el enésimo remate en el palo. Quedaban ocho minutos para remontar, o al menos igualar, tres goles.

Y volvió a suceder un espejismo, con el golazo de Larumbe, por la escuadra casi desde su casa, que parecía iniciar una reacción en realidad neutralizada de inmediato con el 6-9 de Krisztian Manhercz. Y que reavivaba Granados con un doblete, primero con un derechazo espectacular en superioridad, y el 8-9 al convertir con autoridad un penalti cometido sobre Munárriz. A lo que se añadía un doble paradón de Aguirre a Manhercz.
Y apareció el más grande, Perrone, que aún no había anotado en estos Mundiales, sus decimoterceros y últimos, para lograr el valiosísimo tanto del empate, el 9-9, ganando con fiereza y astucia la posición a su rival para quedarse solo ante el portero y fusilarlo. Y de nuevo Aguirre, en la acción siguiente, salvó la papeleta a España, que acto seguido atacaba para ponerse por delante en el marcador… Y lo logró. Fue Granados, otro coloso, engañando completamente a Csoma, obró el décimo.

Robó Unai Biel pero no pudo culminar España, recibió Nagy de la propia medicina al estrellar el esférico en el palo, y detuvo el guardameta húngaro un tiro de Sanahuja, que hubiera significado la sentencia. Así que el propio Csoma se añadía al ataque en la última posesión de los magiares, que se toparon por última vez con Aguirre en un final épico, más propio de una eliminatoria que de una liguilla.
Con muchísima emoción, la Selección masculina, igual que la femenina, se ahorra los ‘crossovers’, por lo que podrá descansar hasta el domingo, cuando disputará los cuartos de final frente al vencedor del choque previo entre Montenegro y Canadá, que salvo sorpresa mayúscula serán los balcánicos. Los Mundiales de Singapur, por todo lo alto.
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